FIRMAS Marisol Ayala

España en su encrucijada. Por Marisol Ayala

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Hace 40 días del 20D y la vida de los pactos sigue igual. Parálisis.  

PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos: guarden las pistolas, cedan y asuman responsabilidades. Alguien tiene que perder, ganar o empatar.

Son tantas las voces, tantas las órdenes, tantos los reproches, tantos los vaivenes, tanto el fuego cruzado, tantas las verdades a medias, tanto el inmovilismo y tantos los actores y, sobretodo, tantos los ciudadanos esperando fumata blanca, es decir, que los que tienen la obligación y capacidad (escaños) para formar gobierno lo hagan, que después del 20D, más de 40 días, la revuelta de los pactos que se vive en España es desconcertante. A estas alturas desconcierta, insisto, los “no” en negociaciones, la parálisis a la que asistimos sin visos, que se sepa, de alcanzar acuerdos. Al paso que vamos pueden pasar dos meses para intentar alcanzar el cielo, ese cielo que cada vez se aleja más. No soy partidaria de unas nuevas elecciones porque lo consideraría un fracaso de la democracia. Y encima me temo que ello serviría de poco. Vivimos en un hervor, pegado a los digitales, los informativos, las tertulias, etc., esperando que suene la flauta de un pacto. Y los días pasando.

Lo cierto es que los hombres y mujeres de principales partidos, PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos han sacado los tanques a la calle; han sacado armas, ideas y voces para descalificarse unos a otros. Y entre tanto, nadie logras acuerdos porque nadie cede ni un ápice. Nadie. Todos quieren ganar, empatar, ni uno solo. Es más; creo que la presencia de viejos políticos con un pasado poco claro, como Felipe González, Corcuera, Leguina o Rubalcaba ha desconcertado todavía más a los ciudadanos con declaraciones del “ordeno y mando”. Parecen que esos jubilados de cinco tenedores se han despertado de la siesta, han tomado un café y animosos ellos se han echado a los platós decididos a marcar el paso de los pactos añadiendo así más enredo a la ya endiablada situación. Lo de Leguina y Corcuera es una vergüenza. Han lanzado desde le televisión de la derecha más retrógrada una cadena de insultos, rencores y descalificaciones que en nada ayudan. Gasolina al fuego, que se dice. No hay duda de que alguien desde el Psoe dio la orden de taponar por la vía de la intimidación a su líder, Pedro Sánchez, quitándole la silla cada vez que se ha querido sentar. Patético.Pactos

Seamos claros. A Susana Díaz nunca le gustó su cara y se la tragó. Pero nadie engañó. Se notaba mucho. Los titulares de hace apenas unas horas lanzan un mensaje misterioso de Susana, otro: “Estoy para ayudar”, dice. ¿A qué, a quién? Hoy sábado habrá Comité Federal del Psoe, reunión de máxima importancia para Sánchez que se juega nada menos que su futuro ante los suyos, que ni siquiera en las urnas. Ya es mala cosa que el líder del PSOE, ese que se batió en las generales, esté viendo como su gente le pone palos en las ruedas. Es tremendo que los mismos que en el PSOE apostaban a contra reloj por caras nuevas se la quieran partir; a un tipo, ojo, que inesperadamente les ha salvado los muebles ¿o había otro mejor? A ver elegido muerte.

Y hablemos del Partido Popular, el más votado que nadie lo olvide, en cuya organización tengo amigos que cuentan en privado lo que todos decimos en público pero ellos no se atreven, de manera que la indignación de unos y la cobardía de otros los ha llevado dónde están.  Alejados de ellos mismos. Todo lo han hecho tarde y mal. Ahí tienen a un PP con un Mariano Rajoy acuciado por una galopante corrupción que ahora tiene su epicentro del escándalo en la hermosa Valencia. Rajoy, sí, el mismo que pidió prórroga para intentar la investidura; el que desde el 20D vive en su laberinto, buscando la salida.

Y entretanto, la tropa obediente asaltando los medios de comunicación, lanzando el discurso del miedo, ese que tanto cala en una sociedad moral y económicamente “tocada”, la que no sabe si Mariano sube o baja las escaleras. Si es mudo o habla. Los que se quejan del desafecto de la sociedad hacia los políticos no tienen más que ver cómo se las gastan unos y otros para concluir que el hartazgo es tan grande como justificado. Cuando veo tanta entrega, tanta pasión, tanta histeria, tanto periodista palmero de uno y otro partido en las mismas tertulias durante días y días mi inocencia que ya es poca cree que esos que gritan, descalifican y calumnian lo único defienden son sus intereses.

Alberto Rivera (Ciudadanos) el más desdibujado, el que más rehúye a los medios. Es tan transparente que todos sabemos cómo respira y como camina la perrita. Aunque ahora Rivera diga que la corrupción reciente ”Rus y Cia” en Valencia le frena para acercarse al PP es poco creíble. Ya verán que dónde dije digo, digo Diego. Rivera dice poner en duda que Rajoy esté capacitado para liderar un gobierno después de la mayúscula corrupción en la casa valenciana. Pero recuerden que antes, con la Gurtel, Bárcena, Rato y otros Alberto se dejaba querer por ellos. Ojito. Creo que lo peor de Rivera es que no tiene como los socialistas y el PP y hasta Podemos voces machaconas, alteradas y peleonas, con suficiente crédito para que le marque el camino. Parece un hombre pelín desorientado, dando tumbos y lo que es peor, hablando demasiado.

Y Podemos. Creo que la arrogancia de Pablo Iglesias le está pasando factura. La imagen que transmite desde el día que repartió el gobierno y se quedó con la vicepresidencia, no es la mejor. Golpes de efectos, vale, pero ha fallado en el segundo disparo. Vuelvo a decir que a Podemos hay que agradecerle el haber provocado un tsunami en la política española pero creo que su inexperiencia le incapacita para la prudencia verbal y manejar los tiempos, algo que en política es muy importante. Sin embargo a nadie se le esconde que desde el mismo 20D (y antes) Iglesias y Podemos están sufriendo un ataque político brutal de los medios poco afines; le llegan balas por varios frentes pero siguen vivos y políticamente apetitosos. No hay tertulia en la que no aparezca Podemos para bien o para mal. Para mal, la hipoteca chavista y otros asuntos turbios que no acaban de aclarar. Muchos no le perdonan a Pablo haber rechazado una chaqueta o cortarse su ya más que famosa coleta. Reconozco que el hábito no hace al monje, pero ayudaría a una conciliación estética social que nunca viene mal. En cualquier caso, no se engañen, Podemos tiene mucho que decir la semana que comienza porque sí tal como se apunta los socialistas le darán dar luz verde a Sánchez para pactar con los morados los descontentos le pondrán en su punto de mira y tiro discreción. Pero se defenderán, que nadie  lo duden.

(Bueno, un texto que les dejo por si tienen a bien leer lo que reflexioné anoche, de madrugada)

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