Arrancó la XI Legisltura en el Senado, donde la cámara alta es una vez más un instrumento democrático de primer orden y en teoría con cuatro años por delante repletos de mucho trabajo y sin dudas de nuevas ilusiones, en las que nuestro objetivo, el mío y el de todos los senadores, será el de lograr una España mejor. Es verdad que hay un número minoritario de senadores que el noble objetivo de una España mejor la ponen en tela de juicio queriendo destruir el orden constitucional establecido por todos los españoles, como ellos mismos han manifestado en múltiples ocasiones.
Desde la cámara alta participaremos intensamente representando a todos los ciudadanos de cualquier ideología y se visualizará con la participación en comisiones, interpelaciones y participaciones de todo lo concerniente al bien general y los problemas fundamentales que aquejan a nuestros ciudadanos, y también en el procedimiento de aprobación de las leyes del Estado, por ejemplo, y que siempre son impulsadas buscando el bien e interés general de todas y todos los ciudadanos. Los proyectos del Fondo de Compensación Interterritorial serán otros de los asuntos que centren nuestra atención y trabajo, teniendo muy claro que los grandes problemas que padece Canarias únicamente tienen soluciones nacionales y europeas, de ahí la importancia definitiva de tener representantes en estas instituciones.
El Senado, cámara territorial que tiene misiones muy importantes en exclusiva como la aplicación del artículo 155, en esta Legislatura pondrá de manifiesto el valor institucional que tiene de forma clara. Para que se hagan una idea, el Senado puede oponer su veto o introducir enmiendas a los textos legislativos que le sean remitidos por el Congreso de los Diputados. El veto debe ser aprobado por mayoría absoluta del Senado y las enmiendas por mayoría simple, lo que implica una búsqueda de acuerdos entre formaciones que garantiza el bien general.
Por delante nos quedan cuatro años en los que debemos aportar ideas que nos permitan mejorar, y que lleguen y sean palpables por los ciudadanos, siendo el principal el seguir trabajando para que podamos seguir creciendo y confirmar la recuperación económica creando un marco de confianza y seguridad para que el crecimiento económico se traduzca en más puestos de trabajo, y estos garantía del estado de bienestar como forma fundamental de cohesión interterritorial entre los españoles.
Los retos son muy importantes, como la colaboración legislativa para facilitar la creación de puestos de trabajo necesarios para el pleno crecimiento, y llegar en 2020 a veinte millones de puestos de trabajo, la mejora de la economía familiar, la apuesta decidida por las políticas sociales y para las personas, y rindiendo cuantas cuentas sean necesarias con los ciudadanos, una necesidad objetiva del sistema democrático.
Tenemos la oportunidad de que España pasara lo peor. Hace apenas cuatro años atrás existía el fantasma de la intervención. Nuestro país era el que más empleo destruía en la Unión Europea, y nos comparaban con Grecia, y ahora somos el que más empleo crea en Europa con un crecimiento considerado de los más importantes de toda la zona euro.
Es responsabilidad de todos que este clima de estabilidad permanezca olvidando las discrepancias y buscando los grandes consensos sobre lo que nos une. La soberanía nacional que radica en todos los españoles de cualquier lugar, la igualdad de los mismos en derechos y deberes, el estado de bienestar y crecimiento deben ser objetivos a defender por todos y olvidándonos de lo que nos separa.
Llega el momento de recuperar el terreno perdido. Llega el momento de seguir creciendo y alcanzar cotas similares a las de otros tiempos de mayor bonanza económica. Lo conseguiremos.
Debemos recuperar el espíritu del 78, que nos ha permitido vivir el periodo de la reciente historia española más fructífero y sin duda desde el senado como cámara alta es un instrumento decisivo para ayudar a lograrlo. Estoy convencido, como buen resiliente que soy, que lo conseguiremos.
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