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Si lo seguimos diciendo, los PODEMOS hacer ganadores, o la teoría del efecto BandWagon. Por Eduardo Guerra

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 “Más vale malo conocido, que bueno por conocer”. Refrán Español.

Desde que irrumpieron en las elecciones europeas, sorprendiendo a toda España con sus buenos resultados, el país entero no ha parado de hablar de ellos, de PODEMOS y de Pablo Iglesias.

Y es que al parecer, la opinión pública se ha convertido en una especie de bucle, en el que los medios de comunicación (sobre todo La Sexta y la Cuatro)  hablan y exhiben a Pablo Iglesias y a sus socios, en todas las tertulias y telediarios; lo que hace que la gente en los bares, en el súper, taxis y en todos lados, comente sobre sus  revolucionarias opiniones y declaraciones.

Acto seguido, las encuestadoras hacen los sondeos de opinión, y resulta que ahora, si las elecciones fueran hoy, Pablo Iglesias  sería el nuevo habitante de La Moncloa.  Así, como los dirigentes de PODEMOS son muy mediáticos, los medios de comunicación los siguen invitando, presentándoles, algunos criticándoles, pero a fin de cuenta, sobreexponiéndoles, porque ellos están en la cresta de la ola.

Todo este ciclo de opinión que se retroalimenta, y que favorece a PODEMOS, ocurre sin estar en elecciones, sin ellos haber hecho nada importante, sin haber mandado ni siquiera en un ayuntamiento…

La verdad, toca admitir que aunque PODEMOS no haya hecho méritos, los partidos del status quo, sí que han hecho; han cometido muchos errores, que seguramente pagarán en las urnas de votación.

A todas estas, nos preguntamos, ¿Es PODEMOS un fenómeno mediático? ¿Están jugando estratégicamente con ser el “Caballo Ganador”? ¿Se está cumpliendo con ellos el efecto BandWagon?

¿Y qué es el efecto “BandWagon”?

Es una técnica de persuasión que sobrevive, un modelo o estrategia muy audaz que mueve las mentes, induce conductas y arrea las masas.  La historia cuenta que en 1848, un músico y actor neoyorquino llamado, Dan Rice, tenía un vagón donde montaba una banda de música, que se utilizaba en desfiles y en funciones del circo.  Un día se le ocurrió usarla para la campaña electoral de Zachary Taylor, quien a la postre se convirtió en el 12avo Presidente de los EE.UU.

A Dan Rice, se le ocurrió pedirle al Candidato, Zachary Taylor, que se subiera al vagón de los músicos, para atraer la atención a su persona; luego le pidió al equipo presidencial más cercano que lo acompañara. A medida que avanzaba la campaña electoral, el vagón se hizo más popular. A partir de ese momento, Rice, acuñó la frase “Jump into the bandwagon”  algo así como “Súbanse al vagón de la banda”. Dado el éxito, cada vez más, distintos dirigentes políticos se subían al mismo y lo acompañaban. La gente se divertía observando cada día que un nuevo dirigente se subía al vagón. Años más tarde, los bandwagons eran pieza ineludible de toda campaña electoral en Estados Unidos. Así se popularizó la frase “subirse al carro” para describir la actitud de quienes sólo buscan asociarse con el éxito de otros, más allá de sus propias convicciones.

Con el tiempo el término se incorporó a las ciencias políticas y sociales, y hoy por hoy, se entiende que se da el efecto bandwagon cuando un grupo de votantes se inclina a votar por un candidato si lo perciben como posible ganador de la elección.

Las razones para que se dé este efecto, puede que sean múltiples, pero los expertos dicen,  “Que no es que la gente piense que van a votar por ese candidato, es que piensan que ése seguramente será el ganador. Es más bien, un estado de ánimo colectivo, un impulso ancestral que parece venir desde el fondo más primitivo de nuestro cerebro. Ese impulso a seguir a la manada, a dejarnos arrastrar por ella, a dejarnos llevar”. En campañas electorales, puede que el efecto bandwagon opere sobre la parte menos informada del electorado y con menos conceptos partidistas e ideológicos. Es muy posible que lo haga sobre un porcentaje a veces mayor y a veces menor del electorado.

Para complementar la teoría del BandWagon, la fallecida politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann, desarrolló su teoría de “La Espiral del Silencio”. Según su autora, no es otra cosa que el afán del ser humano por querer evitar a toda costa el aislamiento o la marginación de la sociedad. La persona es por naturaleza un ser social y de que sea aceptada o no socialmente, depende gran parte de su vida.  Elisabeth Noelle-Neumann observó cómo en las elecciones alemanas de 1972, de pronto hubo un cambio muy importante en la intensión de voto del electorado. Los dos partidos principales de Alemania iban a la par, los Cristianos-Demócratas y los Socialdemócratas.  Sin embargo, los Socialdemócratas iban creciendo semanalmente, tomando ventaja. De repente se produjo un fenómeno el mismo día de las elecciones, la gente saltó al carro del vencedor, en este caso el de los Cristianos-Demócratas.

¿Cómo pudo suceder aquello?

Para Noelle-Neumann, el clima de opinión depende de quién habla y de quién permanezca en silencio. En aquellas elecciones unos se expresaron abiertamente y los otros se marginaron “Esto hizo que la opinión que recibía apoyo explícito pareciera más fuerte de lo que realmente era y la otra opinión más débil”. Un punto de vista dominó la escena pública y el otro desapareció; surgió el miedo al aislamiento y se puso en marcha La Espiral del Silencio. Las personas que tienen menos confianza en sí mismas y menos interés por la política son los que con mayor probabilidad participan en un vuelco de última hora.

Toca advertir que a fin de cuenta, éstas son teorías, que no son leyes exactas, por eso, por contraparte, el gurú de las campañas electorales, el fallecido, Joseph Napolitan decía: “Lateoríageneralmenteaceptada de quemuchagentevotaal presunto ganador de unas elecciones por estar con quien gana, es falsa. Muchas campañas están dedicadas a demostrar que el candidato ganador es el suyo. Filtran encuestas a la prensa demostrando que su candidato va por delante de los demás, esperando que los electores se movilicen para estar con el ganador. De hecho, ocurre lo contrario. Los seguidores de un candidato que no tiene la victoria asegurada suelen trabajar más, mientras que los seguidores del candidato que tiene las elecciones ganadastiendena confiarse y se movilizanmenos”

Todavía estamos a muchos meses de las elecciones, pero realmente desde las Europeas estamos en plena campaña. Todos los partidos políticos españoles ya están desarrollando sus estrategias, quizás algunos más que otros, pero en definitiva todos han movido ficha. Teoría o no, para subirse al “BandWagon” hay que ser conocidos por la opinión pública, mostrarse ganadores, ofrecer muchas cosas, salir mucho en los medios. Por otro lado, los partidos del status quo, un poco por expiar sus culpas (sobre todo la corrupción), han caído en “La Espiral del Silencio” y me temo que posiblemente así estarán hasta el final.

Finalmente, no descartaría que la cúpula de PODEMOS, seguramente conocedores de estas teorías, se hayan planteado jugar a esta estrategia, aunque no dejan de correr riesgos, en la posibilidad que sus bases votantes,  por sentirse ganadores, no vayan a sufragar el día de las elecciones, tal como lo advierte Joseph Napolitan.

Ante tanta incertidumbre, más de uno dirá: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”

Eduardo Guerra B. Analista político, y representante en España de la empresa Estudios y Organización Eugenio Escuela.

 

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