A Telecinco se le apareció la Virgen. Pedro Sánchez y Chabelita han tocado en la puerta y ya están en la cocina. Chabelita, la niña de La Pantoja, la asaltó por encima, entró por la azotea. Pedro por teléfono. A la chica el apellido le abrió puertas, ahora falta saber qué quiere hacer de ella Telecinco, eficaz trituradora de personajes de medio pelo. Es decir, si la desea para un pim, pam, pum o pretende algo duradero. No son bobos y saben que la chica tiene muchos seguidores así que de momento se andarán con ojo que la muchacha viene precedida de una historia. El tiempo dirá y no muy tarde. ¿Y a Pedro? sus asesores de imagen le subieron a hombro y lo metieron dentro.
A ver. No tengo dudas de que la formación es la base, la llave que abre las puertas del futuro pero, ya ven, muchos jóvenes elijen el camino más corto que no siempre es el más duradero y seguro, para abrirse camino. Lo más sorprendente del caso Chabelita es que una mamá que ha vivido en sus carnes lo bueno y lo de la fama -y a quien la popularidad le ha ocasionado mil quebraderos de cabeza- sea la que coloque a su hija en el ojo del huracán.
Especialmente llamativa esa decisión porque sabe que corre el riesgo de ser engullida con papas cuando la popularidad de la joven baje un poco aunque es cierto que los hijos son expertos en hacer justo lo contrario de lo que aconsejamos los padres. Ya ven, una chica que podría costearse la mejor formación posible y miren. ¿Qué tendrá la fama? La fama, como mil cosas en la vida (redes sociales incluidas), es una mentira y hay que saberla manejar. La tele, especialmente un tipo de tele, engulle a personajes a la velocidad del rayo de manera que ese paso lo dé alguien que no es ajeno a ese mundo de mentiras y amores guionizado, sorprende. Sorprende tanto como la actividad que su debut, sus entrevistas, ha suscitado en las redes sociales. Medio de escasos caracteres en los que la nueva entrevistadora de T5 se expresa, contesta, matiza y ataca.
Me preguntaba en las primeras líneas de este texto qué demonios tiene la fama pero en cierta medida me parece comprensible ese afán por alcanzarla en una chica que apenas ronda los veinte años, una niña, pero claro, si recuerdo el revuelo que ayer mismo armó el líder del PSOE, Pedro Sánchez, llamando al tan vapuleado “Sálvame” es que los argumentos ligados a la sensatez se van al carajo. La sorpresa de los que viven alejados de “Sálvame” al conocer el debut de Pedro como “colaborador” del programa vía telefónica fue de estupor, de incredulidad. Y ya ven, tan verdad como la panza de burro que nos acompaña. Más. No fue casual. La llamada de quien pretende dirigir los destinos del país estuvo perfectamente organizada. Su gabinete de imagen quiere hacer llegar su discurso a todos los públicos pero eso, que está bien, hay que medirlo bien si no quiere Pedro verse inmerso en una paternidad que no le pertenece, esencia de Sálvame. Y desde luego capón a su gabinete porque visto lo visto Pedro tiene categoría, presencia, cachet, admiradores y labia para un polígrafo. O mejor. Para un Sálvame Deluxe, las cosas como son. A por ello Sánchez.
Añade un comentario