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El petróleo y el gas natural en Canarias. Por Antonio Cabrera

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Señora consejera de Empleo, Industria y Comercio:

Al leer sus declaraciones del domingo pasado: “…el gas natural no tiene nada que ver con el petróleo, salvo que son fósiles, el crudo es el de los vertidos, el que contamina y empobrece a Canarias y el gas es para todo lo contrario”; al contextualizar sus palabras en la situación actual del sector energético en las Islas, pensé, entre varios calificativos, que el más adecuado era el de “surrealismo energético”.

No es intención de estas líneas -al comentar las recientes declaraciones de la consejera de Industria del Gobierno canario- entrar a ubicar en el sistema educativo donde se adquiere el nivel competencial para diferenciar dos recursos energéticos fósiles, las bondades del gas natural con respecto al petróleo. El objetivo tampoco es analizar los conocimientos de quien hace tales afirmaciones por razón de su cargo institucional, no. Podríamos hacer con mayor o menor fortuna -materia hay- un comentario irónico y no entrar en lo esencial del asunto que es la problemática energética de Canarias, el incomprensible abandono de los recursos propios y los responsables de que esto sea así.

Como uno de los portavoces de la Plataforma Energética por un Nuevo Modelo Energético para Canarias, Px1nmec, quiero puntualizar públicamente lo siguiente:

  1. Por primera vez el debate energético ha salido a la calle. Los ciudadanos, dentro del marco general de indignación frente a tanto atropello en diferentes sectores sociales, han identificado una estafa más: la del recibo de la luz, la penalización de las renovables y las puertas giratorias como expresión escandalosa de la complicidad del poder político y las eléctricas. Están llenos sus consejos de administración -a fuerza de sueldos multimillonarios- de ex presidentes de gobiernos y ex altos cargos públicos que previamente han puesto el BOE al servicio de los intereses de la patronal eléctrica, como se ha ido demostrando con la reforma eléctrica del gobierno del PP.
  1. Señora consejera, dice usted que las DOSE son mucho más que la apuesta por el gas natural: “es el documento del modelo energético de futuro para Canarias porque planifica un aprovechamiento realista de las energías renovables”; y también dice que el error está en que no hemos leído el documento de directrices. Lo que ocurre, señora consejera, es que cuando uno hace una valoración del grado de consecución de los objetivos energéticos en Canarias a lo largo de veintiocho años, el término adecuado para calificarla es el de fracaso, porque eso es lo que ha ocurrido después de cuatro ediciones del PECAN.

Para la Plataforma, las DOSE suponen sólo un cambio de nombre del anterior documento y ni cubren las carencias seculares en la ordenación sectorial de este recurso, ni aportan nada nuevo a la planificación energética en las islas, a excepción de ser un instrumento de intervencionismo territorial. Tampoco responden a los problemas actuales que presentan los sistemas eléctricos insulares como son: la dependencia energética del exterior, la insostenibilidad económica y medio ambiental, el despilfarro y la gestión antidemocrática del servicio eléctrico y, especialmente, no cuestiona la orientación de la reforma eléctrica del actual Gobierno de España.

¿Qué vienen a representar en este contexto las DOSE? Pues tan solo la continuidad de un fracaso. Ir postergando una vez más el marco temporal para la consecución de objetivos al año 2020. Objetivos que no se han logrado hasta ahora. Es la constatación de la incapacidad de los diferentes gobiernos autonómicos para resolver los retos energéticos de las Islas. Un buen ejemplo de ello es lo que ha pasado con los concursos eólicos: el del año 2004 anulado por el TSJC, por corrupción en el seno de la propia Consejería bajo la dirección del ex consejero Luís Soria, y el del 2007 recientemente enmendado también por los tribunales, por irregularidades en la baremación de los proyectos presentados.

Es inconcebible que aquellos que demandan autogobierno no sean capaces de ordenar el sistema energético, ni planificar el aprovechamiento de sus propios recursos. Llevamos más de un cuarto de siglo de “Pecanes”. En 1986 tuvimos el primer documento, pasando por el de 1990, 2002 y el último aprobado en 2007, con su horizonte temporal en 2015. Año en el que se pretendía llegar a un 30% de renovables en el mix eléctrico canario. ¿Dónde nos encontramos?¿Qué fue de la revisión del PECAN 2007-2015? Hay que decir basta a tanto abandono y es hora de empezar a exigir responsabilidades.

  1. Con respecto al gas natural, señora consejera, cuando escucho su argumentario me parece oír a los representantes de Endesa, Red Eléctrica, Enagas y Gascan. Idéntico mensaje, verdades a medias, la peor de las mentiras. La primera manipulación de los defensores del gas es hablar de sus ventajas  comparándolo solo con el petróleo, cuando habría que hacerlo al mismo tiempo con las renovables. Pero ¿por qué  no se hace? Pues porque las renovables ganan por goleada y el discurso de las eléctricas quedaría desmentido. No existe justificación económica, técnica, medioambiental -en estos momentos en que las renovables son competitivas con las fósiles-, para la introducción del gas natural en las Islas. La justificación técnica la ha demostrado el profesor doctor e ingeniero Roque Calero, con el modelo energético de transición diseñado para Gran Canaria, por encargo de su propia Consejería. En ese modelo se consigue un 65% de penetración de renovables, con la hidráulica de bombeo de Chira-Soria y grupos diesel para completar el total de la demanda, sin necesidad del gas natural. Proyecto que usted desconoce porque nunca ha tenido un hueco en su agenda para recibir a su autor, a pesar de sus reiteradas peticiones.

No sé si usted ha reflexionado acerca de lo que ha pasado en los últimos años con los ciclos combinados de gas natural en la Península. Allí las renovables han conseguido el año pasado una presencia en el mix eléctrico de un 35% y en algunos meses ha superado el 50%,  marginado en el mercado mayorista a los ciclos combinados a un escaso 11% de su capacidad de generación. Es más, en mayo de este año a un 7%. ¿Por qué ha ocurrido esto? Porque las renovables, conforme a las directivas europeas y la anterior Ley del sector eléctrico reconocen el derecho preferente de estas fuentes de energía a entrar en el sistema por delante de la mayor parte de tecnologías, para disgusto de Iberdrola y Endesa, principales propietarios de los ciclos combinados. Por eso, una de las exigencias de las eléctricas al Ministerio de Industria es quitarles ese privilegio a las renovables.

En Canarias, con la prioridad para la electricidad producida con viento y sol, el gas natural no se come un rosco, y sería inviable económicamente. Pero el gobierno del PP y su ilustre ministro, don José Manuel Soria, consiguen dar una nueva vuelta de tuerca para que al gas natural se haga un hueco en Tenerife y Gran Canaria sin las dificultades que ha tenido en la Península. Y lo ha conseguido cambiando el artículo 30.2 b) de la anterior Ley del sector eléctrico aún vigente de forma parcial. Así, otra ley, la de garantía del suministro e incremento de la competencia de los sistemas eléctricos insulares y extrapeninsulares, dice textualmente: “Supresión o modificación temporal de los derechos que para los productores en régimen especial [fundamentalmente renovables] se establece”. Esto significa que en Canarias las renovables dejan de ser prioritarias y quedan como tecnología marginal frente a la generación fósil.

Resuelto el marco jurídico para abrir el negocio del gas natural en Tenerife y Gran Canaria, el gobierno canario -a través de la Consejería de Industria- también hace su tarea en el cumplimiento de las demandas de las eléctricas, garantizándole en el mix canario una presencia de un 37%. Tal como se recoge en las DOSE. De este modo, los ciclos combinados y turbinas de gas tendrán que funcionar al menos 5.000 horas de las 8.760 con que cuenta un año. Lo que se hace a costa de la implantación y desarrollo pleno de las renovables, cuyo coste es inferior al del gas natural y al de los derivados del petróleo. Tengamos en cuenta, además, que se han construido dos puertos –Arinaga y Granadilla- con más de 150 millones de euros de dinero público, y que las regasificadoras y gasoductos están aún por construir. El coste de estos se ha estimado por encima de los 600 millones. Esa cifra total triplica el ahorro previsto por la introducción del gas, que tanto proclaman al unísono Endesa, Ministerio y Consejería.

El problema es el modelo, y la imposición del gas natural forma parte de la estrategia de Endesa, Red Eléctrica y Enagas para conservar su dominio sobre la energía frente a la amenaza que supone para ellos las renovables de generación distribuida. Estas han llegado para quedarse y usted, señora consejera, es cómplice de esa estrategia y no quiere reunirse con quienes puedan desmontarle de forma razonada el guión de las eléctricas del que usted forma parte.

  1. Por último, decirle que el panorama energético de las Islas es de vergüenza. Hace unos treinta años éramos pioneros en el desarrollo de las renovables a través del ITER y el ITC, hoy la ausencia de una política energética propia, que priorice nuestros recursos frente a la dependencia del exterior, nos ha situado a la cola de las comunidades autónomas. Sin planificación sectorial, sin nadie que asuma responsabilidades y -lo más grave de todo- el panorama oscuro que dibuja las DOSE y la reforma del señor Soria, puesto que su principal objetivo es dar continuidad a los intereses oligopolistas. Ahora preparándole el camino a Enagas. Porque desgraciadamente ese es el papel del poder político que ejercen algunos: colaboradores necesarios de los intereses de las eléctricas. No se ha preguntado, señora consejera, ¿qué hace Felipe González en Gas Natural, Pedro Solbes en Enel o Elena Salgado en Chilectra?¿Acaso los recortes a las renovables no comenzaron en 2010 siendo Miguel Sebastián ministro de Industria con Zapatero? Este es el contexto al que pertenece su posicionamiento como consejera de Industria y es su esfuerzo en presentar como propios -a modo de pensamiento único- los interesados argumentos de las eléctricas que le conducen a una especie  esquizofrenia cognitiva, surrealismo energético, cuando declara: “el petróleo de Repsol es el del vertido, el que contamina y empobrece a Canarias, y el gas es para todo lo contrario”. 

Lo que necesita Canarias es un proyecto político con la valentía suficiente como para poner en su sitio al monopolio de Endesa, de una vez por todas. Ahora es el momento, porque por primera vez las tecnologías renovables son competitivas frente a las fósiles; son capaces de diseñar un nuevo modelo energético sostenible para Canarias, con una verdadera generación distribuida que priorice el interés general de los ciudadanos, la conservación del Medio Ambiente y la lucha contra el cambio climático.

 

* Miembro de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético para Canarias.

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