Consecuencia de determinado estudio sobre el más que presumible poblamiento humano remoto para estas Islas que hubiera tenido lugar desde África en los últimos milenios, sin descartar los procedentes de diferentes lugares del Mar Mediterráneo en su amplio litoral, se pretende adelantar parte del contenido que, con carácter meramente divulgativo, damos a conocer a modo de introducción general y así aportar datos a sumar los de otros estudiosos en este litigioso asunto como sería deseable. Recordamos la interesada postura de algunos «no legos» protagonistas – cuanta polémica en torno a la Piedra Zanata, Museo de África, de Tindaya, Congreso Amazigh – y no precisamente por profesionales de la investigación rigurosa, ni tan siquiera aceptando las posturas consecuentes que, desde el comportamiento histórico- comparativo (arqueológico) nos deparan otras culturas milenarias de nuestro entorno inmediato a lo largo de la Proto o Prehistoria.
Los acuerdos para una investigación integrada y conjunta sobre Canarias y África atlántica, llevadas a cabo por Instituciones Universitarias de estas Islas en colaboración íntima con las del sur de Marruecos, concretamente Agadir, que culminan con una cátedra más para nuestra Universidad, a cargo del Sr. Tejera Gaspar, nos aportan argumentación suficiente para que nuestra ya publicada teoría por la que el prominente Pico del Teide, nevado o en ignición, pueda ser considerado como guía de referencia o «faro excepcional» para la aproximación y poblamiento pretérito hacia estas nuestras Islas Canarias por gentes en mayoría procedentes del vecino continente africano en el transcurso de los últimos milenios, aspecto tenido hoy por tabú.
En el Congreso Internacional celebrado en nuestra ULL, hace más de 10 años, con la presencia de verdaderas autoridades africanistas, se plasmaron suficientes argumentaciones que culminaron con acuerdos científicos en torno a tan interesados temas. Curiosidad que alcanza a los incansables descifradores internacionales – en especial franceses- unidos a nuestros «champolliones de la Piedra Zanata”, en fructífera tarea conjunta que las generaciones posteriores agradecerán, por cuanto el devenir prehistórico de Canarias permanece asumido en obligada referencia al continente africano desde el seguro origen biológico para toda la vida en estas Islas, sin descartar la vinculación mediterránea, como queda dicho, y por ende euroasiática.
Y, por el mismo, conocimiento para averiguar las causas que empujaron y movilizaron a pueblos o concentraciones humanas que habitaban en el Oeste del hoy desierto del Sáhara – hace unos ocho mil años – y fachada Atlántica, desde Senegal hasta Marruecos, situada apenas a cien kilómetros de nuestro Archipiélago – Fuerteventura – y la motivación para tales desplazamientos desde cronologías aun indeterminadas en dicho entorno de proximidad en la que Canarias queda inmersa, primordialmente, por esta misma continuidad geográfica en tal contexto general y, por tanto, en obligada y estrecha relación climática, biológica y humana que no se puede obviar científicamente.
Aquel poblamiento que denominamos «anterior» para situarlo cronológicamente en el límite de los más conocidos como antiguos – históricamente a partir de los siglos XII, XIII o XIV -, hemos de retrotraerlo hasta aquel tiempo pretérito oculto, desconocido o remoto, pero más que probable, y que para fijar una referencia científica situaremos en los prolegómenos del Epi-paleolítico africano o pleno Neolítico, en los comienzos de la desecación paulatina del desierto del Sáhara hace unos quince-diez mil años, aspecto más que probado por tecnologías modernas.
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