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Elblogoferoz.– El fotógrafo tinerfeño Alfonso Bravo inaugura este jueves,a las 20:30 horas, la exposición ‘Huellas’, una recopilación de imágenes en las que el artista ha reflejado auténticos testimonios de la emigración Canaria a Cuba. La muestra se ubica en la Casona de San Luis del municipio de Santa Úrsula y permanecerá abierta hasta el próximo 12 de agosto.
Las fotografías expuestas son el espejo de historias migratorias y la experiencia de vida de las personas protagonistas en cada imagen. El propio autor hace un recorrido por la vida de cada una de ellas tomando como punto de partida la búsqueda de descendientes canarios que emigraron en su momento.
Este trabajo etnográfico abarca el recorrido realizado por el autor en la isla de Cuba durante treinta jornadas. Sus fotografías recogen la imagen de rostros y espacios latentes impregnados de la narración viva de sus propias historias, siendo ésta la muestra de sus vidas en su efímera huella.
La exposición, organizada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santa Úrsula, podrá ser visitada en horario de mañana, de 9:00h a 13:00h y de tarde, de 16:00h a 20:00 horas.
Alfonso Bravo fue el primer ganador del concurso de fotografía Tenerife Moda y su trabajo, especializado en el mundo de la moda y de la publicidad, le ha llevado a publicar en revistas nacionales e internacionales como Vogue, Elle, Hola, Absolute o Todobodas, entre muchas más. Asimismo, ha sido el responsable fotográfico de las tres ediciones del calendario Peroni, o de las campañas de promoción para Turismo de Tenerife. Aparte, ha sido el artífice del cartel del Carnaval de 2011 de Santa Cruz de Tenerife y ha sido galardonado con el Premio Lux.
‘Huellas’ es un proyecto personal del fotógrafo, que en 2009 se fue a Cuba durante 45 días para hacer un trabajo sobre los emigrantes canarios que vivían en este país. “Fue un reto personal, ya que me siento muy unido a Cuba por vínculos familiares. Me marché solo a la Isla para fotografiar a los guajiros y es ahí donde te enfrentas al verdadero trabajo, ya que tienes que captar ese segundo robado en personas que sin ser modelos profesionales ni haber visto una cámara en su vida tenías que fotografiar sin conocerlos de nada. Lograr esto es muy difícil, demasiado complicado. Pero ahí radica el que seas o no un buen profesional. Si fuera fácil creo que todo el mundo sería fotógrafo”, argumenta Bravo.
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