Elblogoferoz.- Joaquín Hernández, también conocido como ‘Quino’, es un periodista que aparentemente está en estado de paz consigo mismo tras una fructífera etapa profesional que le ha deparado una merecida jubilación. Pero de eso nada, lejos de alejarse del fuego (de la actualidad), Joaquín mete la mano directamente en él y cuando quiere (esa es una ventajas de su estatus) expresa sus ideas en distintos medios de comunicación en forma de unos textos sin tapujos, componendas ni paños calientes.
Para ustedes este nombre no les resultará desconocido ya que ‘Quino’ lleva meses publicando en este digital que, además de ser suyo de ustedes, también es de nuestro protagonista de hoy que en esta ocasión nos habla del nacimiento de su libro El Bar de Pepe.
Para los amantes de las anécdotas, sepan que el citado local es nuestro bar de cabecera, ya que se encuentra en la misma acera donde está nuestra empresa y a menos de 10 metros de nuestro portal. Por tanto, doble felicidad al poder hablarles del libro de un amigo y colaborador, y de un local que ya es casi nuestra segunda oficina.
Finalmente, El Bar de Pepe integra opiniones personales del autor, que abarcan del año 2007 al 2013, con temas de sociedad, cultura, deporte y política, mucha política.
Y ahora, conozcan al autor…
«Habla poco y grave, y parecerá que sabes».Muy mal perder amigo Quino.En vez de contestar educadamente a mis opiniones, cancelas la posibilidad de seguir tus maravillosas bitácoras borrándome de Facebook. Como te dije, te calificas solo.Mal estilo periodístico,mediocre construcción gramatical y lenguaje chabacano y cuartelero. Espero que no sufras de hipertensión, pues ese enfado que percibo por tus últimas acciones no nos viene bien a quienes pertenecemos a las clases pasivas (yo del 53).Al menos ya tienes un comentario en este lugar de Youtube, que espero que pueda llegarte.Y también compraré tu libro, por si puedo hacerte un comentario de texto, con el debido respeto, pero con la conveniente crítica, si fuese pertinente. Y no sufras por mí. Soy inofensivo. Acabo con una frase ideal para la ocasión: «En psicología, la frustración es una respuesta emocional común a la oposición, relacionada con la ira, la molestia y la decepción». Afectuosamente: Manolito.