Entre los errores que habitualmente se detectan en textos de prensa figura uno que a veces pasa desapercibido y que consiste en emplear la palabra ‘desmonte’ donde realmente queremos decir ‘desmontaje’. Este despiste se da con más frecuencia de la que pudiera parecer, pero ocurre que a quien lo lee le pasa lo mismo que a quien lo escribió: no se da cuenta de que ahí hay un error, aunque sí que lo hay. Y lo hay porque en español tenemos dos verbos idénticos que se emplean para describir acciones muy diferentes. En efecto, cuando hablamos de ‘desmontar’ nos podemos referir a ciertas operaciones que se realizan en montes y terrenos o, por el contrario, a cosas tales como desarmar un artefacto o bajar de un caballo.
Queda claro, pues, que, aunque aparentemente sean el mismo verbo, no lo son. El primero de ellos tiene su origen en el prefijo ‘des-’ y la palabra ‘monte’, mientras que el segundo lo formamos con el mismo prefijo, pero añadido en este caso al verbo ‘montar’. Por lo tanto, cuando hablamos de un ‘desmonte’ nos estamos refiriendo a la acción y al efecto de desmontar, pero siempre relacionados con el primero de estos verbos, que significa ‘cortar en un monte o en parte de él los árboles o matas’, ‘deshacer un montón de tierra, broza u otra cosa’ y ‘rebajar un terreno’, según el diccionario de la Real Academia Española.
¿Qué significa el segundo verbo? Principalmente, ‘desarmar’ (o sea, ‘desunir, separar las piezas de que se compone algo’), ‘separar los elementos de una estructura o sistema intelectual sometiéndolos a análisis’, ‘deshacer un edificio o parte de él’ y ‘bajar a alguien de una caballería o de otra cosa’, según el mismo diccionario. En realidad hay más acepciones, pero de eso hablaremos después. ¿Qué sustantivo debemos emplear para hablar de la acción y el efecto de desmontar cuando nos referimos a ‘desarmar’? El sustantivo ‘desmontaje’, aunque tal vez no sería un disparate usar ‘desmontado’, de la misma manera que tenemos ‘aclarado’ y ‘vaciado’ para ‘aclarar’ y ‘vaciar’.
Curiosamente, el diccionario académico recoge como único significado del nombre ‘desmontaje’ el que tiene que ver con la acción y el efecto de ‘poner el disparador [de un arma de fuego] en posición de que no funcione’, que es otra de las acepciones del segundo de los verbos ‘desmontar’. Qué anticuada es a veces la RAE, ¿verdad? Pero para eso tenemos el Diccionario de uso del español (Gredos), de María Moliner, que nos dice que ‘desmontaje’ se puede aplicar a estas acciones: ‘quitar una pieza del mecanismo u objeto de que forma parte’, ‘separar las piezas de una cosa’ y ‘desarmar’.
Todo esto viene a cuento porque ayer leí en un periódico las siguientes declaraciones de un concejal: «En estos meses, dos de las empresas que tenían instaladas antenas procedieron a su desmonte». Evidentemente, las antenas no son montes ni terrenos, con lo cual, cuando hablamos de desmontar antenas no queremos decir que cortamos árboles ni que rebajamos una superficie; más bien lo que queremos decir es que esas antenas han sido desarmadas, en este caso para retirarlas de su emplazamiento. Por lo tanto, este señor debió decir «… procedieron a su desmontaje».
A todas estas, parece ser que lo afirmado por el citado concejal en relación con las antenas –de telefonía móvil, peligrosas para la salud– no es del todo cierto, de tal manera que, si fuéramos muy mal pensados, podríamos decir que hay algo aquí que huele a montaje. Y al decir ‘montaje’ me refiero a ‘aquello que solo aparentemente corresponde a la verdad’, según una de las definiciones que la Real Academia Española tiene para esta palabra.
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