Tras llevar más de un mes en Florencia, uno se aburre, se cansa de comer en casa y decide probar a salir a cenar fuera.
Lo primero que debes saber es que ir a un restaurante en el centro, cerca del Duomo, Piazza della Signoria (Ayuntamiento), o alrededores está al alcance de unos pocos bolsillos, principalmente extranjeros asiáticos o americanos. Conforme te vas alejando del centro los precios van descendiendo.
Otra cosa a tener en cuenta en los restaurantes italianos es que el cubierto se cobra, y va desde un 1 euro por comensal, hasta un 10% del total de la cuenta. Además, como en toda localidad turística tendremos a los ganchos intentando que entremos a su local, y en algunas ocasiones pueden llegar a ser muy pesados.
"Carne alla griglia", es decir, a la parrilla.
Como entrantes suelen triunfar unas “bolitas” de pan frito acompañadas de jamón serrano, salami o salchichón. Además, destacan los “Corstini di fegatini”, que consisten en pan con un paté artesanal de pollo, mantequilla, y cebolla.
La pizza y la pasta como producto nacional están muy bien, pero lo que realmente triunfa en la ciudad de los Médicis es la carne. ‘La bistecca alla fiorentina’ conocida internacionalmente o ‘la carne alla griglia’ son los productos estrella.
En el primer de los platos pagar más de 18 euros lo podemos calificar como caro, y en el segundo teniendo en cuenta que suelen ser para dos personas por unos 26 euros está genial.
Crep con Nutella y mascarpone.
En relación a los postres, destaca el archiconocido tiramisú, todo aquello que lleve Nutella, y en época de castañas el “Castagnoccio”.
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