La ‘Generación de los Nadie’ son los grandes trabajadores que sin titulación oficial se han convertido en grandes titulados por su compromiso y larga experiencia.
Ellos contribuyeron al avance, al auge de la transición española; eran el eje de ese cambio, porque su baluarte consistía en su trabajo y su compromiso con éste y consigo mismos; aprender y responder de lo que hacían era su prioridad absoluta, con la honestidad y el esfuerzo como guía.
Hoy, la gran mayoría sin trabajo, por ser ‘mayores’ o por conveniencias de sus respectivas empresas, están solos. Sí, la crisis generada por estrategias y corrupción política los ha marginado; comenzaron a trabajar entre los 18 o 20 años -algunos antes- y se convirtieron en grandes expertos de su profesión teniendo como bandera el compromiso y la honestidad.
Se sienten, abandonados, fracasados… sin poder o no querer creer y comprender su situación actual y su injusticia, apoyada, a la vez, por la impotencia y la propia justicia.
La ‘Generación de los Nadie‘ no son nada, no son alguien, son nadie; son el resultado del esfuerzo, la experiencia y el autodidactismo sin compensación y sin fondo ni perspectiva. Algunos han optado por el suicidio, otros por la depresión y la desgana y muy pocos esperan un milagro.
Están y siguen ahí sufriendo y soportando lo que no se merecen, luchando por sobrevivir. Son anónimos, ‘viejos’ para algunos, pero sobre todo son personas que lucharon por unos objetivos, personas que se superaron a sí mismas; unos autodidactas que contribuyeron a levantar e impulsar las ansias de nuevos horizontes de un país en pleno cambio y transición y que colaboraron en el futuro de su patria y que hoy son un presente sin nada y siendo un nadie.
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