Elblogoferoz.-Veteranos y orgullosos de su larga trayectoria artística, Soraya del Rosario y Vicente Ayala protagonizan “La punta del iceberg”, la última producción de Delirium Teatro que estará este fin de semana en el Teatro Leal de La Laguna. Concretamente, el sábado 23 febrero, a las 21:00 horas, y el domingo 24, a partir de las 20:00 horas. Ambos dicen sentirse privilegiados porque han vivido de aquello que les apasiona: la interpretación. Les acompañan mil historias y las ventajas e inconvenientes de esta profesión, tan agradecida en algunos momentos, como dura en otros.
Nacida en Buenavista del Norte en mayo de 1961, Soraya del Rosario afirma que siempre ha tenido “vena artística”, heredada de sus padres. Cuando llegó la hora de estudiar, se decantó por Bellas Artes, hasta que se fue a Madrid becada durante tres años a la escuela de interpretación de William Layton. Cuenta que cuando vio por primera vez, en 1985, “Un culo anda suelto”, pensó que si algún día se dedicaba al teatro, “quería trabajar con Delirium”. La ocasión le llegó estando en Londres, cuando la compañía encabezada por Severiano García contactó con ella para un papel en la obra “El camino más duro” y, a partir de ahí, “teatro y vida han ido juntos”, comenta la actriz, ya que actualmente Severiano García es su compañero. Además de colaborar con cortometrajes, ha trabajado en “todas las producciones de Delirium, tanto delante como detrás del escenario”.
Del Rosario siente que “la vida” la ha llevado donde está y asegura que “aunque siempre hay dudas, las satisfacciones hasta ahora han sido mayores que los sinsabores” y, mientras siga así, “permaneceré en esta profesión”, asevera.
Por su parte, Vicente Ayala, nacido en Santa Cruz en 1952, es licenciado en Farmacia. Fue en cuarto de carrera cuando vio a un grupo de la Escuela de Actores y supo que quería “cambiar el mundo desde el teatro, estábamos en plena dictadura”. Al irse a Madrid, donde le destinaron para el servicio militar, se decantó definitivamente por la interpretación, más que por el mundo farmacéutico, quedándose en la capital de España dieciocho años, y donde aún hoy acude puntualmente cuando le llaman para hacer algún trabajo de publicidad, televisión o cine. Aterrizó en las Islas hacia 2006 y, tras cosechar grandes éxitos con compañías tanto de Gran Canaria como de Tenerife, el año pasado le llamaron desde Delirium Teatro que, a su juicio, “es la gran compañía de Tenerife” por sus años de andadura. Comenta que leyó dos papeles para “La punta del iceberg”, pero finalmente García le dio el del sindicalista Alejandro García. Estas tareas de interpretación las compagina con sus clases en la Escuela de Actores de Canarias, en la que lleva más de veinte años impartiendo docencia.
Tanto Soraya del Rosario como Vicente Ayala consideran que el laureado texto del palmero Antonio Tabares, ganador del Premio Iberoamericano de Teatro Tirso de Molina en 2011 y Réplica 2012, es un “regalo” para cualquier actor, y por ello se vuelcan en conseguir las mejores interpretaciones ya que, sobre todo Soraya del Rosario, aparece en todas las escenas de la obra. Ayala asegura que “es un producto en constante evolución” que permite encontrar siempre “detalles” para mejorar. Para ambos, es uno de esos textos que “hace que todo cobre sentido, y que merezcan la pena los sacrificios que conlleva esta profesión”.
Ambos piensan que “es fundamental encontrar un buen equipo”, que creen haber conseguido con el reparto que completan César Yanes, Lioba Herrera, José Manuel Segado y Severiano García. Del Rosario y Ayala coinciden en su gusto por “trabajar con gente con pasión por esta profesión”, siendo “serios cuando es el caso y cariñosos cuando la ocasión lo requiere”.
Los dos confiesan que esperan no llegar a estar tan perdidos como los personajes de la obra, ya que “La punta del iceberg” se sitúa en una multinacional que se ve sacudida por la muerte de tres de sus empleados. Sofía Cuevas, una directiva de la compañía que encarna Del Rosario, es la que investiga estos casos, descubriendo un ambiente laboral enfermizo en esta obra de rabiosa actualidad, muy acorde a los tiempos que corren.
Añade un comentario