Rodeiro – Lalín, 24 kms. Nivel de dificultad: medio.
Salida, 8:00 am. Llegada 3:00 pm.
Esto de caminar cada día entre veinte y treinta kilómetros, por parajes absolutamente nuevos y desconocidos, me está empezando a gustar. Tanto, tanto, que si no fuera porque ya tengo el billete de avión sacado desde Santiago a Tenerife, me iba caminando por lo menos hasta Cádiz. Hoy, ha sido lo que podríamos llamar una «etapa puente», una jornada muy cómoda -sin puertos ni montañas- con la mayoría de los tramos en llano y, un trazado así, lo agradece mucho el cuerpo.
Cómo se nota que la experiencia, también en esto de peregrinar, es un grado. Ya sé cómo pisar según qué terrenos, a qué velocidad ir dependiendo del trazado y la longitud del recorrido, de qué forma colocar el contenido dentro de la mochila para que el peso se distribuya mejor en la espalda y cómo ajustar las correas para que se acople perfectamente al cuerpo, qué calcetines rozan menos, cuál es la manera idónea de apretar las botas y, todo esto, facilita mucho y ayuda a la consecución de la etapa.
Por cierto, es la primera vez que llego al punto de destino a una hora en la que aún puedo comer en cualquier restaurante y, ese extremo, me ha permitido disfrutar de uno de los platos típicos más singulares y completos de la gastronomía gallega, el Cocido de Lalín. Aunque «O Mes Do Cocido» terminó el pasado día catorce (San Valentín), siempre lo cocinan.
Como ven en la foto de mi plato, el cual no he podido terminar, la dieta hipocalórica queda muy lejos de esta fuente llena de productos porcinos exquisitos.
A este manjar añadan un sabroso plato de sopa con fideos de primero y, para taponar bien el estómago y que no se escape nada, un postre también característico de la zona, «filloas» con nata y miel. Viendo la foto sé que no hace falta dar la receta para imaginarse cómo saben. Los rosquetes son de regalo, caseros también, pero pude tan solo con dos de ellos. Ya ven lo dura que es la vida del peregrino.
Mañana, etapa complicada hasta Ponte Ulla (34 kms.), penúltima de la serie y, por tanto, adornada de una motivación extra.
Les contaré a su término.
«Brindando por vostedes, deséxolles feliz sábado noite»
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