Queda menos de un mes para celebrar el día más importante de la radio, a nivel mundial, después de que la Unesco, primero, a instancias de la Academia de las Artes y Ciencias Radiofónicas de España, y de su perseverante presidente, Jorge Álvarez; y la ONU, después, hayan institucionalizado este día, dedicándolo a nuestro oficio.
Jorge Álvarez, presidente de la Academia de la Radio,
junto a María Victoria Morillo, su mano derecha
La inversión publicitaria, única fuente de financiación de la radio española, seriamente perturbada por la crisis económica, está redibujando dramáticamente el paisaje de la radio española, no sólo con cierres como el citado; o los despidos, siempre traumáticos, para redimensionar las plantillas de las principales cadenas de radio. La reestructuración está afectando a la radio local, el primer estadio de este medio, tan fundamental para consolidar cadenas poderosas en audiencia. La programación local está desapareciendo, en beneficio de la nacional, para ahorrar costes, fundamentalmente –otra vez- de personal.
Ramón García, Rafael Revert (miembro de la Academia de la Radio), Tony Aguilar y José Luis Arriaza, en la gala del año 2011.
Así las cosas, el paisaje al que se está enfrentando la radio española en la actualidad, próxima a celebrarse su Día Mundial –un extraordinario momento para hacer una reflexión en torno a ella- es especialmente complejo, y difícil, y no hay que ocultarlo. No debe hacerlo, creo, la Academia, aunque no es, tampoco le corresponde este rol, una institución que deba elevar su tono de enfrentamiento, buscando culpables, porque la Academia es de todos: de directivos, de técnicos, de periodistas, de locutores, de comerciales, incluso del personal de servicios generales que, me consta, sienten en sus poros su orgullo de pertenencia al medio. Todo el que sienta sinceramente el cosquilleo cómplice con este medio maravilloso debería encontrar en la Academia un lugar de refugio.
Este año este premio ha recaído en Concha García Campoy
La radio ha demostrado, a lo largo de sus casi cien años de vida en España, que ha sabido reinventarse ante las hostilidades que se le iban presentando. Tras la llegada de la televisión, muchas fueron las voces agoreras que escribieron la esquela de la radio antes de certificar su defunción. Pero la radio no sólo sobrevivió, sino que se reforzó. La recién llegada, desorientada en la formulación de sus contenidos, vio en la radio el zurrón del que extraer sus ideas. Y se las robó. La despojó del espectáculo y, a pesar de su orfandad, la radio, crecida, supo reorientarse hacia la inmediatez informativa. Con la transición política, el medio alcanzó cotas de credibilidad inusuales, hasta entonces patrimonializadas por la prensa. La radio ha desarrollado un recorrido de más de tres décadas en las que sigue conservando, y enriqueciendo, ese gran valor que la distingue: la credibilidad, a la que suma termómetros de confianza.
Iñaki Gabilondo recoge el primer Premio Joaquín Soler Serrano, de radio y TV (2011)
No es, en suma, el mejor momento de la radio española. Pero tampoco es tan decididamente malo que impida albergar alternativas esperanzadoras que nos hagan pensar que este oficio nuestro no es capaz de seguir adelante, contagiando a casi 26 millones de oyentes (25.613.000 oyentes, según el último EGM, 3ª ola, 2012) con su magia, entreteniéndoles, educándoles, divirtiéndoles, informándoles (aunque la inmediatez se la está robando ahora internet) y emocionándoles. La obligación de quienes creemos en la radio es seguir empujando para que el medio salga robustecido de esta crisis. Bienvenido sea el 13 de febrero, ‘Día Mundial de la Radio’, una fiesta de todos, de quienes la hacen, y de quienes la escuchan.
LA FIESTA DE LA RADIO
La Academia tiene previsto entregar sus Premios Nacionales en el transcurso de una gala que tendrá lugar en el Teatro Mira de Pozuelo de Alarcón (Madrid), donde también se ubica su sede, que incluye un moderno estudio de radio bautizado (e inaugurado) como ”Estudio Luis del Olmo”, Presidente de Honor, que recibirá el Premio Especial de la Academia en el transcurso de la gala (13 febrero, 19:00 horas) por los 40 años de su programa “Protagonistas”, la marca más consolidada de la radio española. Al leonés le acompañarán en el palmarés, entre otros, Concha García Campoy, que recogerá su Premio Joaquín Soler Serrano (concedido conjuntamente por las Academias de Radio y Televisión) y Paco González, Pepe Domingo Castaño y Manolo Lama, por “Tiempo de Juego” (Cope) que recogerán el Premio Juan Manuel Gozalo de Radio Deportiva. En los próximos días se desvelarán los nombres de otros profesionales premiados por la Academia.
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