Cómo evitar problemas al cambiar de operadora

Para prevenir complicaciones durante el traslado de operadora, es recomendable no estar dado de baja en una compañía sin estar dado de alta en la nueva

Consumer/José Ignacio Recio.-Cambiar de operadora de telecomunicaciones (telefonía fija e Internet, sobre todo) puede suponer la oportunidad de acogerse a tarifas, ofertas y promociones muy atractivas. Pero, también, es la causa de una serie de problemas y trastornos que es conveniente prevenir para que la factura no se eleve de forma desproporcionada. Como se explica a continuación, esto sucede en muchos casos por la duplicidad y, en otros, por el consumo de servicios o prestaciones que no están adscritos a las ofertas o promociones contratadas por el usuario, ante las lagunas que se generan entre el paso de una operadora a otra.

Prevención antes de cambiar de operadora

La actual oferta para cambiar de operadores de telefonía fija e Internet y su sencillez para realizarla propician que los traslados de una a otra empresa sean tónica habitual entre los usuarios, en función de las promociones. Pero también conllevan una serie de problemas y trastornos que es conveniente prevenir para que la factura mensual no se eleve de manera desproporcionada.

El principal problema que se debe esquivar es «estar en tierra de nadie», dado de baja de la antigua empresa y sin estar aún dado de alta en la nueva operadora. Lo primero que debe hacer el usuario es darse de baja de la antigua operadora en los días posteriores a que la nueva empresa haya recibido la solicitud de alta.

Al contratar un paquete de telefonía fija e Internet, se puede tardar entre siete u ocho días en tener una resolución, en función de la compañía. Aunque en algunos casos, es más rápida y puede hacerse efectiva en un periodo no superior a tres días (si se considera servicio urgente, para lo cual habrá que notificarlo a la operadora en el momento de realizar su contratación).

Para evitar lagunas en el servicio, el usuario debe permanecer con su contrato en vigor con la antigua operadora hasta que se formalice el nuevo servicio con otra empresa; a no ser que quiera verse privado de sus servicios de acceso a la telefonía fija e Internet durante unos días, con el perjuicio que ello acarrea.

Medidas para sortear complicaciones

Para no tener futuras complicaciones, y que no se cobre factura por un servicio no utilizado, es recomendable que se ratifique la baja con la antigua operadora, a ser posible, por teléfono. De no ser así, es probable que la empresa mande el recibo al banco para que le sean pagados los servicios que supuestamente presta.

En el caso de estar dado de baja de un servicio, y que se esté cobrando por el mismo, hay que interponer una queja o reclamación lo antes posible ante las asociaciones de consumidores, para después formalizarlo en los departamentos de defensa del consumidor del Ministerio de Industria y Telecomunicaciones o en las juntas municipales de cada distrito, en donde están habilitadas las oficinas en defensa del consumidor. No obstante, lo habitual, en caso de llevar razón el usuario, es que le sean devueltos los importes cobrados de modo indebido, con una demora que puede durar entre dos y tres meses.

Evitar impagos

Por otro lado, es importante que se cumplan todos los mecanismos del proceso, con el objeto de eludir situaciones de impago con las operadoras -a pesar de que la razón esté de parte del usuario-, ya que su nombre pondría engrosar las principales listas de morosos que hay en España y podría dificultar su acceso a cualquier financiación que necesitase.

También es aconsejable, y con el fin de no pagar dos veces por el mismo servicio a dos compañías diferentes, que para darse de baja de la antigua compañía se espere a que finalice el periodo de facturación mensual y, una vez llegue ese momento, darse de baja de manera definitiva para empezar a operar con los servicios contratados con la nueva empresa de telecomunicaciones. De lo contrario, el usuario estaría pagando dos veces el mismo servicio durante este tiempo y, en este caso, bajo responsabilidad suya, ya que no podría reclamar la factura ya abonada a la antigua compañía.

Asimismo, es recomendable no tirar ningún software o instrumento que haya sido contratado con la antigua operadora (módem, router, cables especiales, equipamiento informático, etc.), por si esta la requiriese. Por precaución, deben conservarse durante un periodo prudencial, hasta tres meses desde el cese de sus servicios.

De no cumplimentarse de forma adecuada este proceso de alta y baja, se corre el riesgo de estar sin servicio durante unos cuantos días: en los casos de acceso a Internet, sin poder acceder a los contenidos de las webs ni a los correos electrónicos; y, por lo que se refiere a la telefonía fija, con costes por las llamadas más caros. De ahí la importancia de hacer la transacción (el proceso de cambiar una compañía por otra) de forma racional y ordenada, y sin prisas.