FIRMAS Marisol Ayala

Las monjas dejan los hospitales de la isla después de 183 años atendiendo enfermos. Por Marisol Ayala

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Así es la vida. Los recortes no respetan a nadie o al menos eso es lo que quiero pensar. Las hermanas de la Caridad abandonarán el próximo 30 de septiembre el centro de mayores El Sabinal (Tafira), la última de las dependencias sociosanitarias de la isla en las que estas monjas seguían prestando sus servicios en la capital grancanaria tras 183 años ininterrumpidos entre hospitales, albergues, hospicios y asilos del municipio. Las hubo buenas y malas, ariscas y cariñosas, pero hicieron una gran labor en los centros hospitalarios de la isla. Tengo entre ellas algunas buenas amigas que ahora se irán al paro o a cumplir otros cometidos fuera de Canarias. Desconozco si detrás de esta decisión del consejero del Cabildo de G.C hay algo turbio pero me parece que estas mujeres, algunas no tan mayores, merecen un reconocimiento social porque ni cobraban dinerales ni jamás se les pagó las horas que de verdad trabajaban. Me emociona su adiós porque las recuerdo por los pasillos hospitalarios, silenciosas y eficaces. Desde aquí agradezco su maravillosa tarea cuando no había ni enfermeras. Me gustaría pensar que son los recortes y no razones ideológicas las que las han puesto en la calle.

El escrito que han difundido sus amigos desde El Sabinal dice así:

“Las hermanas de la Caridad abandonan el próximo 30 de septiembre el centro de mayores El Sabinal (Tafira), la última de las dependencias sociosanitarias en las que estas monjas seguían prestando sus servicios en la capital grancanaria tras 183 años ininterrumpidos entre hospitales, albergues, hospicios y asilos del municipio».

El centro sociosanitario El Sabinal pertenece al Cabildo, al que las Hijas de la Caridad ya han comunicado su marcha inminente con la razón de tener que atender a los enfermos ingresados en centros propios de la orden religiosa. Desde su llegada a Gran Canaria en 1829, las monjas de la Caridad han participado en la atención y cuidado de los pacientes de diferentes hospitales y centros que pertenecieron al Cabildo como San Martín, el Psiquiátrico (Tafira), Dermatológico (El Sabinal) y San Roque (Guía). También prestaron sus servicios en el hospital Insular recién inaugurado en el año 1971, aunque a los pocos años abandonaron el centro. En sus 183 años de estancia en la Isla, las Hijas de la Caridad han obtenido varios reconocimientos, entre ellos el Premio Canarias y la Medalla de Oro de Las Palmas de Gran Canaria en 2001. A nivel estatal, incluso, esta orden fue galardonada en 2005 con el Premio Príncipe de Asturias.

La labor de las monjas con sus luces y sus sombras ha sido destacada especialmente en la sanidad del pasado. Eso es innegable. Las Hijas de la Caridad (las religiosas de la foto no pertenecen a esa congregación) abandonarán esa actividad en septiembre.

La relación de las Hijas de la Caridad con la capital grancanaria comenzó nada más desembarcar sus primeras ocho monjas en 1829. Por aquel entonces las religiosas se instalaron en el hospital San Martín. La congregación fue creciendo y en 1972 se produjo la creación de la Casa Provincial, con sede en Lomo Apolinario, y la independencia de las hermanas canarias, que hasta el momento habían estado adscritas a la comunidad sevillana. Precisamente, las instalaciones de la Casa Provincial en Lomo Apolinario fueron adquiridas por una hermana de la Caridad, que estuvo muy volcada con el antiguo hospicio de niños de San Antonio, en Vegueta, y que compró con dinero de una herencia familiar el edificio para que los menores disfrutaran de un entorno vacacional.

En la actualidad las hermanas de la Caridad prestan sus servicios en todas las islas, excepto en El Hierro, de donde se retiraron hace algunos años. De hecho, la representación más pequeña de la congregación a nivel mundial se encuentra en La Graciosa, donde residen tres hermanas dedicadas a la atención de la parroquia y a prestar atención sanitaria a la población graciosera.
Por su parte, en Gran Canaria atienden a los ancianos de la residencia Laboure, en Santa Brígida, hacen visitas domiciliarias y asisten y educan a 24 niños de un centro de acogida de Lomo Apolinario.
Las hermanas de la Caridad también realizan una labor docente al frente de tres colegios religiosos, dos de ellos en la capital grancanaria y un tercero en Arucas. Las religiosas de la orden de San Vicente de Paúl también dejaron su sello en La Isleta, ya que fueron ellas las primeras en sacar en procesión a la Virgen del Carmen, entonces en forma de cuadro, en el año 1911. Las monjas de la Caridad siguen teniendo presencia en la zona del Puerto, ya que gestionan el colegio Nuestra Señora del Carmen, en la calle Luis Morote, local en el que también se sirven comidas a los más necesitados. El otro colegio que gestionan estas monjas en la capital es el de la Sagrada Familia, en el Lomo Apolinario. En la posguerra la orden religiosa se hizo cargo también de la Casa del Niño, en Zárate, y del hospicio San Antonio, en Vegueta”.

1 Comentario

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  • «..se encuentra en La Graciosa, donde residen tres hermanas dedicadas a la atención de la parroquia y a prestar atención sanitaria a la población graciosera.»

    El dato este es erróneo, hace más de seis años que las hermanas han dejado de prestar o trabajar en el Centro de Salud en La Isla de La Graciosa.

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