FIRMAS

Adjudicaciones de la TDT, Televisión Digital Terrestre, en Canarias. Por J. Carlos Melián

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A estas alturas de la película, ya sabrás querido lector que el Tribunal Supremo le ha vuelto a dar dos nalgadas al Gobierno de Canarias por tramposo. Bueno, dos por ahora, pero en breve se completarán hasta veinticinco las sentencias del alto tribunal en relación a la TDT, Televisión Digital Terrestre en Canarias. Eso mi abuelo lo llamaba una tunda en el culo, “para que vuelvas”, decía. En escena, los actores protagonistas de la broma de la TDT son los mismos, con casi idénticos papeles que en el caso de las FM y cuyo destino será seguir el mismo camino que la TDT. Uno con la TDT de Secretario General de Presidencia, luego con la FM de Presidente de la Mesa de valoración, que dirá ahora que él pasaba por allí. El otro, tanto en la FM como en la TDT de Viceconsejero de Comunicación. En este caso la historia no se repite, es simplemente la misma. Me referiré al balance del último personaje y su papelón.

Para no alargarme les resumo: todo lo que ha pergeñado se lo han tumbado en los tribunales. La totalidad de los puestos de trabajo y empresas vinculadas a la televisión y la radio en Canarias, in albis. Todas, toditas las licencias de TDT otorgadas por el Gobierno de Canarias anuladas por el Tribunal Supremo y las de la radio, si nadie lo remedia, con igual desenlace para dentro de unos añitos, ya que el motivo de nulidad principal es el mismo: valorar criterios no previstos en las bases.

¿Y qué hace el Gobierno de Canarias o para ser justos su portavoz, a la sazón responsable de este desbarajuste? Pues lo que era de esperar, intentar vender la burra pero al revés. Aroma Goebbeliano de imitación, y manual de retórica perversa para “dummies” en la mano, el Viceconsejero convoca una Rueda de Prensa, en la que según Europa Press, entre otras cosas, dice:

“El TS no anula ese concurso de TDT pero obliga a retrotraerlo al momento de la valoración de las ofertas para que se subsanen la falta de motivación que entiende el Supremo; presenta el informe externo en el que se apoyó la propuesta de adjudicación”

También que aunque no se anula el concurso sí que obliga a retrotraerlo al momento de valoración de las ofertas, ya que el Tribunal Supremo entiende que existen “defectos que hay que subsanar”, en relación al encargo que se efectuó con anterioridad a que la mesa se constituyera, como la solicitud del informe externo por parte de la propia mesa de contratación que tuvieron lugar en los meses de enero y febrero de 2007. Y por último, que el Gobierno canario no reciba el testimonio de firmeza de ambas sentencias “no” está obligado a la ejecución de las mismas.

¿Qué dicen las sentencias del Tribunal Supremo? Pues simplemente, como no puede ser de otro modo, confirman las sentencias dictadas en su día por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias y que fueron anulando una a una todas las adjudicaciones de la TDT en Canarias. De camino, le cascan las costas al Gobierno. Ya sabes quién es el paganini final.

¿Y qué decían esas sentencias de nuestro Tribunal Suprerior? Pues la primera de ellas de 5 de Diciembre de 2008, cuyos argumentos reproducen literalmente las que le siguieron, falla:

“Que debemos estimar y estimamos parcialmente el recurso Contencioso Administrativo interpuesto por la representación procesal de LA OPINIÓN DE TENERIFE S.L. frente al Decreto y en los particulares que asimismo hemos identificado, que anulamos con retroacción de las actuaciones administrativas en la forma establecida en el fundamento de derecho sexto de esta sentencia, sin imposición de costas.”

Y se estima parcialmente porque el demandante quería que de camino, anulándose la adjudicación se declarara su derecho a ser adjudicatario, cosa que el Tribunal ha explicado compete a la Mesa de Contratación y no le es posible hacer.

En el manual de retórica perversa, lo primero es dar importancia a las chorradas y hurtársela a las más relevantes, de ahí que ante unos defectos de nulidad radical o absoluta que invalidan todo los actos dictados desde entonces como consecuencia del acto anulado, se hable sibilinamente de “defectos que hay que subsanar”, como cuando al crecimiento impresentable del paro se le llama “ajustes estructurales del mercado de trabajo”. Más o menos.

También expresión de la retórica perversa es lo de “El Tribunal Supremo no anula las adjudicaciones”. Pues claro, porque ya las había mandado a hacer gárgaras el TSJ de Canarias. El Tribunal Supremo resuelve en casación los recursos contra las sentencia que anulaba las adjudicaciones y lo que hace es confirmarlas punto por punto. No hace falta más.

Y ahora vendrá la ejecución de la sentencia. De eso y del tam tam de las indemnizaciones que bailaremos con el dinero de todos los canarios y que quieren hacer más sonoro también con las radios, hablaremos este verano. También de la responsabilidad de los irresponsables.

Me cuentan que la estrella del proyecto radiofónico con mayor número de adjudicaciones ha estallado cual big bang. El dueño del invento no le paga. No será el único. Quien otorgó a la viabilidad financiera de aquel proyecto la máxima puntuación, que se lo haga mirar y se dedique a otra cosa. Menuda vista.

J. Carlos Melián

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