Se le aprecia embebido de su función docente. No es que parezca distante de la política pero ahora opina «con la libertad de mi condición de militante». De buen aspecto físico, como despreocupado de la imagen, Gregorio Peces-Barba termina su desayuno y hace un breve comentario sobre el éxito de la operación policial de Barcelona. Es domingo, temprano, y el tiempo está justo para dialogar con el periodista, visitar al profesor González Vicén y seguir hasta el aeropuerto. Le espera la cátedra, que no el Congreso Federal. Y es que la política apenas se añora. Ahora es el teórico, el jurista, el filósofo…, su compromiso socialista.
Puerto de la Cruz/Salvador García. Gregorio Peces-Barba, fundador de aquel inolvidable «Cuadernos para el Diálogo», ponente de la vigente Constitución de 1978, sabe que la polémica sobre el federalismo no es nueva. De ahí su respuesta a la primera cuestión de la entrevista, hecha con un decorado de acuarelas canarias de una pintora austríaca en la cafetería de «Eurotel Interpalace».
«Creo que hay que quitarle hierro a este asunto —comienza diciendo—. Sobre todo, cuando se tienen posiciones discrepantes sobre el tema no hay que descalificar. Cada cual tiene su opinión y yo ofrezco la mía, con la libertad que me da mi condición de militante del Partido Socialista y como persona que ha intervenido en la elaboración de la Constitución. Desde ese punto de vista, entiendo que no es bueno lanzar frases que no tienen contenido o producir ilusión u horizontes de que palabras significan mucho cuando en estos momentos, en este país, no significan nada. Y yo creo que eso es lo que pasa con el federalismo».
— Eso, ¿qué es lo que pasa?
«Ya lo he dicho: desde el punto de vista teórico o doctrinal, el federalismo presupone la existencia de unas soberanías previas. Eso no se da en España. Aquí hemos caminado desde el centralismo hacia una descentralización política y administrativa. Sólo nos queda el problema de la organización del Estado. Desde el punto de vista histórico y de fundamento y de justificación, no tenemos nada que ver con el Estado federal. Desde el punto de vista orgánico, el Estado de las autonomías llega a mecanismos más profundos que los del Estado federal. Nuestro Estado de las autonomías no tiene más que. una incongruencia qué es la organización del Senado, una cámara territorial, como debe ser en un modelo como el nuestro o en un estado federal, que me da lo mismo y, que sin embargo, al ser elegidos los senadores por provincias, no cumple bien esa función. Ahora bien, si lo que se quiere decir es que hay qué hacer auténtico el Estado de las autonomías, que hay que evitar las resistencias centralistas, que hay que llevar hasta sus últimas consecuencias lo que el estado autonómico supone de competencias políticas y administrativas, en eso estoy totalmente de acuerdo. Pero es que emplear artillería gruesa como es la palabra federalismo para eso, no es imprescindible, sobre todo cuando es una palabra que despista, porque parece que se va a producir un cambio y no hay cambio porque el Estado de las autonomías es Estado federal. Yo he dado mi opinión, no voy a entrar en polémica con los socialistas catalanes y lo que advierto es que esa terminología ha abierto en algún sector de Herri Batasuna algo que ellos consideran más interesante porque lo enfocan desde la óptica de la soberanía previa».
NEGOCIACIONES CON ETA
Mencionó a Herri Batasuna, pocas horas después del éxito de la operación policial de Barcelona. El terrorismo a la palestra. Recientemente, otra controversia: las negociaciones con la banda ETA. Peces- Barba explica:
«Me parece bien lo que están haciendo el Presidente y el Gobierno porque se está despejando el asunto, está dejando de ser. misterioso, que el poder sea visible es una buena cosa. El tema de las negociaciones con ETA creaba un cierto morbo y creo que hay que hacerlo desaparecer. El Presidente ha dicho, y con razón, que la única negociación posible es para que se entreguen las armas y se produzca la reinserción social de las personas. El Gobierno no hará ningún tipo de negociación política, sencillamente, porque no puede hacerla y porque no pueden sustituir unas personas que utilizan la violencia a las instituciones democráticas elegidas. Si fuera así, se estaría aceptando cualquier chantaje de un asesino o de un violento. La negociación está muy bien que se haga porque la paz es un valor fundamental y tiene que limitarse a las circunstancias antedichas. De eso a negociar si Navarra se une o se separa, son cosas que no tienen ningún sentido».
CONGRESO, REDONDO, LA CONCERTACIÓN…
— Se avecina el Congreso Federal. Ya trasciende algo del debate interno…
«La verdad es que no tengo muchos elementos… Mira, yo soy un militante de base que no interviene para nada en la vida orgánica que he hecho intensamente en otras épocas. Ahora no voy a intervenir para nada en la próxima convocatoria. La seguiré como militante desde fuera».
— Se especula con la posibilidad de que Alfonso Guerra se dedique por entero al Partido. Así lo quieren algunos, vamos.
«Los propios militantes y el propio debate interno serán los que decidan esas cuestiones. Una opinión individual no tiene importancia».
— Hablando de debate interno, ¿la posición de Nicolás Redondo?
«Me parece que es una posición correcta, razonable y estoy seguro —porque le conozco bien— de que sus discrepancias en una serie de temas concretos no le van a impedir ser un militante socialista responsable con los debates y las resoluciones del Congreso».
— ¿Cree posible la concertación social?
«No entiendo mucho de esos temas. En cualquier caso, más que posible me parece que es deseable. Que sea posible o no, dependerá de los agentes que intervienen y de las circunstancias objetivas. Pero me parece que es deseable y que el Gobierno hace muy bien en intentar conseguirla».
— Después de unos meses, ¿cuál es su opinión sobre el revés electoral sufrido por el Partido Socialista el pasado 10 de junio?
«En democracia eso es normal. Habrá que tener en cuenta cosas que se han hecho mal, que las tareas de gobierno siempre desgastan y que también ha existido una machacona insistencia contra el Partido por algunos medios de comunicación social. Todo ello puede incidir en la opinión pública pero entiendo que el Partido puede recuperarse porque ahora mismo no hay alternativa, no la hay. Si alguna vez estos progresistas desencantados que han dejado de votar socialista, se encontraran con un gobierno de la derecha, se iban a enterar, seguro que se arrepentirían, de todos modos, nosotros estamos obligados a un esfuerzo para atender aquellas demandas sociales con las que no hayamos conectado».
— Gobernar el país con el mapa resultante de los últimos comicios empieza a ser un ejercicio de verdadero equilibrio…
«Eso es normal, la democracia es compromiso, es equilibrio, diálogo… Lo que me parece-más grave es que se hubiera mantenido por mucho tiempo una hegemonía total de una sola fuerza política en el Gobierno central y en el de las autonomías. Eso no es bueno. Yo creo que el pluralismo es positivo y a todos nos ayuda a entender la limitación de nuestras propias posiciones».
— Pasado un cierto tiempo de nuestra integración en Europa, ¿cree que el español ha operado un cambio en sus modos?
«Creo que el español puede presumir de una gran capacidad de adaptación. Aparte de que no había que asumir nada, sino recoger jurídicamente lo que es un hecho cultural y económico, como es nuestra pertenencia a Europa. Por consiguiente, eso nos beneficia a todos y creo que va a suponer un impulso para el desarrollo en España de las dimensiones culturales, económicas, políticas e institucionales».
Los primeros pasos, desde luego, ya están dados
Una vida político-universitaria. Nacido en plena guerra civil, Gregorio Peces-Barba estudió en el Liceo Francés de Madrid, cursando los dos bachilleratos, el galo y el español. Se doctoró en Derecho por la Universidad Complutense y obtuvo la licenciatura en Derecho Comparado en la de Estrasburgo. Desde 1962 hasta 1977, ejerció como abogado y llevó asuntos de toda naturaleza, entre ellos algunos relacionados, con el Tribunal de Orden Público y el mismo Proceso de Burgos. Se sintió muy ligado siempre a la Universidad y en la actualidad es catedrático de Filosofía del Derecho en la Complutense. Fundó «Cuadernos para el diálogo». Antes de ingresar en el Partido Socialista, estuvo vinculado a la corriente Izquierda Democrática Cristiana, de Manuel Jiménez. Cuando los socialistas retornan al interior, colabora en la organización del aparato y abre varias agrupaciones en distintas provincias. En 1977 es elegido diputado por la provincia de Valladolid y ejerce como portavoz del Grupo Parlamentario Socialista. Ponente de la Constitución y de varias leyes que la desarrollan. Tras el espectacular triunfo de octubre del 82, Peces-Barba es elegido Presidente del Congreso de los Diputados. Aún se recuerda su decisión de no emitir voto. Autor de varias publicaciones, entre las que destaca una referida a los valores superiores, un estudio del artículo 1 de la Constitución. La más reciente: «Derecho positivo de los derechos humanos». Actualmente, está enteramente dedicado a la función universitaria.
Para saber más de Gregorio Peces-Barba: Programa SALVADOS (La Sexta) del 5 de Febrero de 2012
* Créditos
Autor: Salvador García Llanos
Texto: Diario de Avisos
Foto 1 principal: Socialismo21
Foto 2: Fotografía tomada el 18/11/1982 durante el acto de constitución de la Cámaras. En la imagen, el presidente del Congreso, Gregorio Peces Barba (c) durante su intervención en la toma de posesión de la presidencia. Agencia EFE.
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