Se trata de los dos primeros de una serie inicial de cuatro buques que suponen un concepto claramente diferenciado en lo que son los patrulleros oceánicos polivalentes. El tercero de ellos, llamado “Relámpago” (P-43), entregado en febrero a la Armada, se encuentra en su fase de calificación operativa. El cuarto, bautizado “Tornado” (P-44), fue botado el pasado 21 de marzo y está en fase de armamento a flote.
Estos barcos marcan un antes y un después en la Armada española. Tuvimos ocasión de conocer con detalle el primero de ellos y nos quedamos gratamente sorprendidos. En poco tiempo la estampa marinera de los nuevos BAM resultará familiar en todos los puertos canarios, como lo han sido los “tacañones” y los patrulleros de altura de la clase “Descubierta”, de los que tenemos dos en Canarias.
Su misión es la protección de los espacios marítimos de interés nacional, capacitados para ejercer labores de control y vigilancia de seguridad marítima. Los veremos actuar en áreas alejadas de su base, a 3.500 millas de distancia, incluidas las aguas tropicales, como la lucha contra la piratería en la Operación Atalante en el Indico.
Los BAM, además, están preparados para cooperar en tareas de salvamento, lucha contra la contaminación, evacuación y ayuda humanitaria. Su capacidad de armamento, electrónica instalada y velocidad le proporcionan una considerable ventaja en los buques de su clase y tonelaje y se convierte en un vehículo de gran utilidad.
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