Consumer/Montse Arboix.-En España, la infección por leishmania suponía algunas decenas de casos anuales. Al menos hasta hace poco. En un pequeño municipio al sur de Madrid, en el norte de Fuenlabrada, se han registrado en los dos últimos años más de 200 casos. Según los especialistas, es el mayor brote de la infección en humanos que ha tenido lugar en España. Tal y como registra el boletín epidemiológico de esta comunidad, en 2008 y 2009 se registraron 15 casos anuales. Sin embargo, en 2010 hubo 108 casos y en 2011, 118, de los cuales se hospitalizó a 62 personas. Qué significa esta enfermedad para las personas, cuáles son las señales de alerta y cuáles son las medidas de prevención son algunas cuestiones que se pregunta parte de la población, sobre todo, si son propietarios de un perro.
Hasta ahora, los registros epidemiológicos señalaban a la Comunidad Valenciana, Madrid y Cataluña, en orden decreciente, como las zonas donde se registraba mayor número de casos de leishmaniasis en personas -provocada por el Leishmania infantum-, con un total aproximado de 100 nuevos casos cada año (una tasa de 0,40 infectados por cada 100.000 habitantes). De estos, un 90% se corresponden con la forma de leishmaniasis sistémica, que afecta a todo el organismo.
Transmisión
La leishmaniasis se transmite por la picadura de la hembra de una pequeña mosca, el flebótomo, infectada con protozoos del géneroLeishmania. Para completar el ciclo del parásito, es imprescindible este insecto, que actúa como vector, ya que la enfermedad no es contagiosa entre personas. A menudo, el reservorio del parásito son los animales, sobre todo, los perros.
Esta parasitosis afecta en especial a niños -con un sistema inmune sano, pero todavía inmaduro- y adultos jóvenes y se asocia a personas inmunodeprimidas: un 43% tiene un estado de inmunodepresión (pacientes trasplantados) y, de estos, cerca del 28% son personas infectadas por el VIH. Se estima que, en España, entre el 7% y el 10% de la población canina -cifrada en más de 4,5 millones- está infectada, aunque en algunas zonas el porcentaje se estima en un 35%.
Según la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, hay distintas formas de leishmaniasis: la cutánea, que representa el 75% de todos los casos nuevos (L. braziliensis, L. guyanensis y L. panamensis); la forma mucocutánea, denominada también espundia o gangosa, más frecuente en Sudamérica, se detecta meses o años después de un episodio cutáneo en el 5%-15% de los casos; la leishmaniasis visceral, sistémica (o kala-azar) y una forma de enfermedad asintomática.
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