Periodista.es. Una corte federal de Brasil ha prohibido a 17 ejecutivos de la petrolera estadounidense Chevron y de Transocean Ltd. abandonar el país mientras considera presentar cargos criminales contra ellos por un derrame de crudo el año pasado, ha informado la CNN.
Entre los 17 directivos a los que el sábado un juez federal de Río de Janeiro les ordenó entregar sus pasaportes, está en estadounidense: George Buck, jefe operativo de la división de Chevron en Brasil.
Kurt Glaubitz, portavoz de Chevron, dijo que la empresa no ha recibido una notificación formal de la orden: “Cualquier decisión legal será cumplida por la compañía y por sus empleados”, dijo.
El derrame de petróleo ocurrió en la profundidad del mar frente a la costa de Río de Janeiro en noviembre.
Al mes siguiente, fiscales federales brasileños demandaron a Chevron y al operador de la plataforma petrolera Transocean por 20.000 millones de reales, alrededor de 11 millones de dólares.
La demanda civil busca detener las operaciones en Brasil del gigante petrolero y de su operador, según dicen los fiscales federales en el estado de Río de Janeiro.
“Chevron y Transocean no pudieron controlar los daños causados por el derrame de casi 3.000 barriles de petróleo, lo que muestra la falta de previsión ambiental de las compañías”, dijo entonces la fiscalía.
Los daños serían mucho más graves que los identificados hasta ahora por las autoridades brasileñas en noviembre tras el derrame. Sin embargo, expertos en el sistema legal brasileño dicen que la demanda probablemente no prosperará.
El derrame es pequeño comparado con el desastre en 2010 de la plataforma Deepwater Horizon en el que alrededor de cuatro millones de barriles de petróleo se derramaron en la costa estadounidense del Golfo de México. No obstante, el derrame brasileño llamó la atención sobre los riesgos ambientales en tanto el país desarrolla su llamada “región subsalina” en las profundidades del océano frente a la costa de Río.
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