Juan Carlos Díaz Lorenzo/Fotografía: Óscar Martínez. El precio del combustible se ha convertido en el talón de Aquiles de las compañías de transporte, sea cual sea su naturaleza. En los últimos tiempos el keroseno de aviación se ha encarecido un 35 % y el fuel-oil para los barcos ha subido un 25 %. En el caso de Vueling, según los datos que leemos en la prensa especializada, la escalada del combustible amenaza los costes unitarios y en 2011 destinó 70 millones de euros más en este concepto.
Visto así, las ganancias están lejos de lo que se esperaba. La compañía en la que tratan de tú a los pasajeros y se vuela igual o más incómodo y estrecho entre asientos, prevé elevar su coeficiente de ocupación en un 18 % gracias al pastel que dejó Spanair tras su quiebra. Aún así, los números no le acompañan como quisieran. El precio del combustible preocupa y mucho, por lo que por ahora se impone la contención.
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