“No sé nada. Yo soy carpintero y vengo a reparar los muebles…Desconozco de qué me habla…”. Síntesis muy simple de la defensa que abandera el Urdargarin al que yo llamo “dos metros de simplón”. Las contradicciones del caso son tantas que abochorna su “fue aquel”, como un ingenuo colegial sorprendido en plena mataperrería. Este fulano debe pensar que la ciudadanía, la que curra y lucha por salir adelante, se chupa el dedo…Vamos a ver: El Rey le ordenó en el 2006 que se descolgara de todo lío económico y no hizo caso ¿entonces…?, ¿de qué hablamos?. Otra: ¿De quién es la responsabilidad de una empresa?, de sus gestores e Iñaki lo era. Nada menos que presidente ejecutivo. Si por simplón se asoció con un cafre, allá él. Y de su abogado mediático, hablaremos otro dia porque en menos de nada le veremos en “Sálvame” que el hombre parece haberle tomado mucho cariño a las cámaras…
¿De dónde sacó el “pollo pera” de Urdanga los nada menos que 6 millones de euros y 2 más para reformas y poder comprar el “sencillo” chabolo en la parte súper pija de Barcelona?. Que me lo explique este simplón y que también me lo pique menúo la Casa Real en pleno porque, claro, lo que se dice claro, no está el asunto. Termino: Si un hijo, hermano, marido, etc., compra un pedazo de casa como esa, ¿nadie se preguntaría de donde demonios ha sacado semejante cantidad pelas…?”. Yo, si.
En la foto el esposo modélico un poco “enguirrado” bajando la cuesta emulando al mítico Lute. Camina o revienta. Por cierto, acabo de leer hace nada un amplio reportaje sobre las movidas previas al juicio de Urdangarin que han habido en la Casa Real y partiendo siempre de su veracidad, en Palacio se está montando la de Dios. Hablan incluso del posible anuncio de “cese momentáneo” de la relación”, ese eufemismo que en la monarquía equivale a “Vete con tu madre”. En fin. Hay que ver lo contento que están los cronistas de sociedad con este caso. A estos se les ha aparecido la virgen para desahogar y escribir sin tino. Hacen bien porque ese es su trabajo y le pagan cuatro perras no como al rubito de cara.
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