Esta semana nos hemos desayunado con el despido de hasta 1.055 profesionales de la sanidad canaria, fundamentalmente sustitutos y personal de refuerzo; fruto del recorte de 50 millones de euros del presupuesto para personal.
Han caído médicos, enfermeros -los más-, auxiliares, limpiadores, cocineros, etc., etc. Un drama para ellos y para los pacientes y familiares que cada vez ven limitados los recursos asistenciales, desbordados como están los profesionales que quedan.
También esta semana, las personas que han tenido que visitar las Urgencias de un hospital en Tenerife, sobre todo del Hospital Universitario, han visto y sufrido un colapso que ha llenado salas, habitaciones, pasillos y todo lugar en el que fuera posible colocar una camilla. En los pasillos las camillas ocupaban ambos lados.
La rubita que encontró un papel. Uno de los casos que desgraciadamente se repiten con más asiduidad de lo recomendado (que tendría que ser nunca) se reveló esta semana cuando, en una conversación entre el personal de urgencias del turno de mañana, se escuchó «¡No nos puede pasar lo de anoche!».
La casualidad hizo que detrás de la cortina de un box de urgencias, un familiar que acompañaba a un ingresado escuchara esta «anécdota».
– ¿Y qué pasó anoche?
– Esta mañana, una rubita [enfermera], entró en un box y encontró un papelito escrito
– ¿Y qué ponía ese papel?
– Ponía: «Soy Begoña. Ingresé anoche en urgencias y como nadie ha venido a verme durante todo la noche [estaba en un box cerrado con una cortina], esta mañana me he marchado a mi casa…»
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