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LAVADORA DE TEXTOS. Una de tildes. Por Ramón Alemán

Hace un tiempo hablé aquí del libro Tintín en el país de los sóviets –un panfleto anticomunista del que Hergé no se sentía muy orgulloso– y les prometí que algún día explicaría por qué ‘sóviets’ debe escribirse con tilde a pesar de ser una palabra llana que termina en ‘s’. De entrada les diré que me he permitido la libertad de corregir el título de esta primera aventura del periodista belga, ya que en el libro lo que se lee es ‘soviets’, sin tilde. Esto puede deberse a que el traductor desconociera la regla de la que vamos a hablar hoy o bien a que pronunciase ‘soviets’ como palabra aguda, lo cual es correcto aunque no muy habitual. En ese caso no lleva tilde a pesar de que acabe en ‘s’. ¿Por qué?

Vamos por partes. Las reglas de acentuación gráfica que nos enseñaron de pequeños establecían que las palabras agudas (aquellas cuya última sílaba es tónica) llevan tilde cuando terminan en vocal (‘a’, ‘e’, ‘i’, ‘o’, ‘u’) o en las consonantes ‘n’ o ‘s’. Pero la regla dice más que eso. También dice que si la ‘n’ o la ‘s’ están precedidas de otra consonante, la palabra aguda no se acentúa gráficamente (en realidad nunca se acentúa si termina en más de una consonante: ‘confort’). Por eso no llevan tilde ‘mamuts’ ni ‘zigzags’… ni ‘soviets’ si la pronunciamos como aguda, algo que solo ocurre en algunos países de Hispanoamérica.

En cuanto a las llanas (aquellas cuya penúltima sílaba es tónica), la regla es justamente al revés: llevan tilde las que no acaban en vocal ni en las consonantes ‘n’ o ‘s’, pero también la llevan si acaban en ‘n’ o ‘s’ precedidas de otra consonante o si terminan, en general, en más de una consonante: ‘bíceps’, ‘récords’… y ‘sóviets’ si la pronunciamos como llana, que es lo que hacemos casi todos los hispanohablantes.

Los ejemplos citados, excepto el de ‘sóviets’, los he extraído de la Ortografía de la lengua española (Espasa), cuyas reglas se aplican de la misma manera incluso si la consonante que va antes de la ‘n’ o ‘s’ final es también ‘n’ o ‘s’. No sé si me explico, así que les pondré otro ejemplo de la Ortografía: la palabra ‘clárens’ (‘coche cubierto tirado por caballos, con cuatro asientos y un cristal delantero’, según la definición de la Real Academia Española). También lleva tilde, por tanto, ‘wésterns’, plural de ‘wéstern’, que el diccionario de la RAE recoge como palabra española en el avance de su vigésima tercera edición.

Pero aquí no acaban las curiosidades. Hay otra más: la letra ‘y’ se considera consonante “a efectos de acentuación”, según el Diccionario panhispánico de dudas, y por eso las palabras agudas ‘virrey’, ‘jersey’ y ‘convoy’ no llevan tilde, ya que acaban en una consonante que no es ‘n’ ni ‘s’, y sí la lleva la palabra llana ‘póney’ por la misma razón.

Una última curiosidad: los sustantivos y adjetivos terminados en ‘y’ precedida de vocal tienen dos maneras de hacer el plural. Aquellos que han sido incorporados recientemente a nuestra lengua lo forman sustituyendo la ‘y’ por ‘is’: ‘jersey/jerséis’, ‘espray/espráis’, pero los que son veteranos del español lo hacen con ‘es’: ‘virrey/virreyes’, ‘ley/leyes’. Y para completar el guirigay, otros admiten ambas formas: ‘guirigayes/guirigáis’.

Ramón Alemán en www.lavadoradetextos.com

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