El pasado domingo coincidí con la expedición de alcaldes canarios del PP que se marchaban, con fondos europeos, a conocer el engranaje de Bruselas. En el avión me topé con Antonio Alarcó y con Cristina Tavío, entre otros. Y digo entre otros porque también viajaban a Madrid, de camino a Berlín, Carlos Alonso (vicepresidente del Cabildo por CC) y María Méndez (gerente de la sociedad pública del Gobierno de Canarias Promotur, y digamos entonces, que también por CC).
Todos lo hacían en clase turista. Si bien Antonio Alarcó saludó cordialmente a Carlos Alonso (ambos consejeros del Cabildo), Cristina no le brindó ni la más mínima sonrisa, y es que la niña Tavío no soporta que Alonso insinuara que iba a investigar los fondos monetarios que el cirujano manejaba cuando ambos eran socios de gobierno. Ciertamente, un asunto bastante desagradable. Cristina y yo, que fuimos muy amigos, aprovechamos para hablar un ratito.
Obviamente, salieron a colación sus pareceres sobre Santa Cruz. Y confieso que tengo un problema: creo que Cristina tiene mucha razón en un montón de asuntos. Pero es que con Bermúdez, en otra serie de asuntos, me pasa exactamente lo mismo. Con Julio Pérez hace tiempo que no hablo, y no se crean que no tengo ganas de verlo. Me muero por preguntarle si es cierto el rumor de que me vetó como jefe de prensa del Ayuntamiento de Santa Cruz, porque cree que soy muy próximo a Bermúdez. ¡Hay que joderse!, no he salido a comer con Bermúdez en mi vida. En fin, flaco favor me hubiesen hecho, porque lo que en este momento de mi vida me gustaría, es volver a las barricadas del periodismo activo. Aunque, 60.000 euros al año…
Pero vayamos al lío. Santa Cruz no se puede pasar los próximos cuatro años viendo como Cristina patalea, a la mínima oportunidad, porque ha ganado las elecciones y no gobierna. Ni tampoco como quienes sí gobiernan (CC y Psoe) pierden el tiempo explicando, a algún que otro fachilla, que el ordenamiento jurídico es quien decide, y que desde la Constitución de 1978, a los alcaldes, afortunadamente, los eligen los concejales y no el Jefe del Estado.
Miren, muchos entendemos que lo que toca es que Santa Cruz haga un gran pacto social y político. Los vecinos, que están hartos de que no se cuente con ellos para nada, no se merecen ver como sus líderes políticos dan el espectáculo y se acusan de machangadas. Que unos superen que no ganaron, que los otros superen que no gobiernan, y que los de Julio Pérez empiecen a comprender que tirar el mamotreto de Las Teresitas, por ejemplo, es tan solo una moneda de cambio estúpida, que utilizaron para aupar a Bermúdez a la alcaldía. Ocho millones de euros de inversión y demasiadas asociaciones sin local social en Santa Cruz, no justifican derribar la construcción sino terminarla y ponerla en marcha cuanto antes. La gran crisis de Santa Cruz necesita que todos los concejales, sin excepción, apoyen por unanimidad las medidas de carácter urgente que necesitamos. Casi todo está inventado y no se les pide que saquen un conejo de la chistera. Lo único que se les pide, es que aparquen el coche, metan su orgullo en el jodido maletero y empiecen a pensar, por encima de sí mismos, en Santa Cruz.
twitter:jc_alberto
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