Pues si hacemos caso a nuestros representantes políticos, parece que efectivamente es así. Canarias precisa que sus peculiaridades económico-fiscales sean finalmente reconocidas de manera permanente, bien por la Constitución española, bien por la Constitución europea. De ahí la horripilante expresión de la necesidad de “la percha” como frase que a los políticos les encanta emplear para referirse al régimen económico-fiscal especial de Canarias y a su reconocimiento de manera clara y precisa en los textos constitucionales.
En la última modificación de la Constitución española llevada a cabo recientemente a través del procedimiento de urgencia, Coalición Canaria planteó que no podían apoyar la reforma en tanto no se aprovechaba dicha modificación para garantizar simultáneamente a través de la misma el reconocimiento expreso de nuestro REFC. Como puede comprobarse, un auténtico despropósito, pues semejante pretexto equivale a decir que al Gobierno de Canarias se la “trae al pairo” la grave crisis económica que en la actualidad padecemos todos los españoles, pero sobre todo, los habitantes de las Islas Canarias. Es, sin duda, el sino de los partidos nacionalistas, que son incapaces de ver y pensar más allá de sus propias narices.
Sin embargo, a mi me parece que más que una “percha”, lo que Canarias necesita es una “red” que nos impida seguir cayendo en la autocomplacencia y la estupidez más absoluta, y que nos permita empezar por fin a reflexionar de manera seria y rigurosa sobre los graves problemas de carácter estructural que padecemos desde el punto de vista económico, político, social y hasta cultural.
El REFC no es la panacea que resuelva todos nuestros problemas, sino que es un instrumento que ha de ser cuidadosamente diseñado y pensado para favorecer políticas dirigidas a aumentar nuestros deteriorados niveles de productividad y competitividad. Y ahí no sólo hay que incluir a nuestras empresas, sino también, a nuestras Administraciones, a nuestras Universidades, a nuestra sociedad…
Las perchas sirven para colgar, las redes para impedir que nos hundamos definitivamente. Y la actual coyuntura no tiene que ver tanto con un tema de perchas –salvo que las utilicemos para dar algún que otro percherazo bien merecido – como de retomar el camino de la creatividad, la innovación y la franqueza en el planteamiento y salida de nuestra difícil situación actual.
Guillermo Núñez
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