La actual ministra de Defensa, Carmen Chacón, en su legítimo deseo de llegar algún día a ser candidata a la Presidencia (ya sea de España o de su Nación, Cataluña), ha dicho que no está a favor de que los parlamentarios catalanes en el Congreso o en el Senado puedan formar un grupo parlamentario propio, pero que ello no significa que en determinados temas que afecten a Cataluña puedan los mismos mantener una posición distinta a la del resto de parlamentarios socialistas. Por su parte, el Secretario de los socialistas herreños, Alpidio Armas, en su también legítimo deseo de ser Presidente del Cabildo insular de la isla de El Hierro, ha dicho que él se debe ante todo a sus electores y militantes, y que si el deseo de estos es que el PSOE de la isla presente una moción de censura contra la actual Presidenta de la Institución (Belén Allende), ahí estará él para hacerlo sin la más mínima duda, aún a costa de que su Partido lo sancione con la expulsión, pues la isla está por encima de todo.
En los dos casos, se trata de declaraciones y actitudes que vienen a poner de manifiesto un fenómeno nuevo que cada vez irrumpe con mayor intensidad en el seno de un Partido de indudable inspiración federal, pero que de alguna forma denotan la quiebra de ese principio inspirador y su sustitución por una visión sustancialmente distinta: la visión confederal. O dicho de otra forma, la perspectiva federal, que en ningún caso cuestiona la unidad del Estado, se empieza a sustituir por una visión que claramente se corresponde con aquella otra que mantienen los Partidos nacionalistas y, en particular, CiU.
En el ámbito catalán, el PSC-PSOE no es cada día más federalista, sino más nacionalista, y esto supongo que ha de influir en que a su vez CiU sea cada vez más independentista, pues está claro que no le queda otra que defender su “espacio político” frente a la llegada de nuevos correligionarios que le disputan dicho espacio. La tradicional prudencia del nacionalismo de CiU ya hemos visto cómo se ha manifestado estos últimos días ante su radical negativa a que el castellano sea tratado en pie de igualdad con el idioma catalán, negándose a acatar y hacer cumplir una sentencia del Tribunal Supremo que ordena dicha equiparación.
En Canarias, el proceso que ahora mismo vive el PSOE es, sin duda, más rudimentario, pues aquí la actuación de Alpidio Armas se pretende justificar en los sacrosantos intereses de la isla frente a las consignas de obediencia emitidas por su Partido. En realidad, no es descabellado pensar que han empezado a darse cuenta, después de tantos años, que hay que empezar por el insularismo para acabar llegando al nacionalismo, algo por lo demás cada día más próximo entre los líderes socialistas de El Hierro o La Palma. Cuando por fin hayan llegado al nacionalismo, lo previsible será que Coalición Canaria se encuentre entonces defendiendo la independencia de Canarias.
Tengo la impresión de que Carmen Chacón y Alpidio no sólo han perdido el Norte, sino también el Sur, el Este y el Oeste. Pero bueno, por lo menos Alpidio va a ganar, de momento, una Presidencia insular. Por algo se empieza…
Guillermo Núñez
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