«La mayoría de los hombres emplean la primera mitad de su vida en hacer miserable la otra media». Jean de la Bruyére
En estos días azules con reminiscencias nubosas ha llegado septiembre a la babilonia patria ultraperiférica y tricontinental, crisol de rebuznos y faro de occidente en el esperpento. Se acabó el estío de forma oficiosa -que no oficial- y volvemos a la melancolía de los días oscuros de otoño que preceden al camarada invierno. Vamos, una alegría impresionante.
Aunque como este país es un descojono diario, tenemos noticias a porrillo, que no con porrillo -aunque lo parezca-, que hacen más fácil sobrellevar el esfuerzo diario. Por ejemplo, que nos dicen los mentideros digitales que esa peazo de Junta de Andalucía subvencionó a una empresa que contrataba sordos para un call center. Mínimo es una carcajada con micción a voluntad del lector. A saber el apellido del empresario de turno y del político del ídem. Ahora más que nunca deberían ser fulano y mengano del Inem, pero no se preocupe, eso no pasará, un poquito de demagogia por aquí, unas fiestas patronales por allá y mucho de fútbol.
Hablando de empresas y de políticos, curiosa mixtura donde las “haiga”, resulta que uno de los candidatos a la preZiPencia de este remedo de país del primer mundo, se ha planteado como objetivo…. pausa dramática para hacer sonar/tocarse los timbales…. “invitar” a las empresas a contratar a licenciados en su primer empleo. Que lacrimógenas escenas nos deparan los políticos con querencia por los estados paternalistas. A tomar viento la libertad individual. No piense por si mismo, puede ser perjudicial para su salud. A partir de ahora el joven que ose coquetear con el paro durante sus primeros meses de vida laboral, podrá ser señalado con el dedo por el resto de la sociedad. Jóvenes ociosos y peludos, que vergüenza. Menos mal poco a poco se solucionan los problemas que generan estos elementos en la convivencia patria. Y no solo eso sino que podrán ser señalados aquellos empresarios que sean antipatriotas y no contraten a los jóvenes centauros patrios recién salidos del horno universitario. Posiblemente con un enajenamiento de sus bienes y la colectivización de los mismos bastaría para darles un escarmiento.
Mención aparte, por su rigurosidad de tipo marxista, obviamente de los Hermanos Marx no de Carlos Marx, es el tema de la reforma constitucional, que ha llegado a situaciones cómicas; celestes y colorados de la mano, constitucionalistas que pasan de todo, indignados que llaman a las urnas… Vamos que el que se aburra en “la vuelta al cole” es porque quiere.
Buenos días, y por si no volvemos a vernos: Buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Gustavo Reneses
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