La primera línea de este texto es para invitarles a colaborar con Acnur en su magnífica labor humanitaria a favor de El Cuerno de África. Somalia no aguanta más de manera que pongamos fácil la ayuda económica para sus habitantes famélicos. Poco o mucho, algo podremos ingresar. Teléfono 902 002 156 de Acnur – Cuenta Corriente: 0182 2325 090010001000.
Huir de la sequía, la hambruna y la violencia en Somalia es como una huida que no tiene fin, porque cuando esta se acaba ya estás muerto. Pero el instinto de supervivencia suele ser obstinado. Por eso siguen llegando refugiados a la capital del país, Mogadiscio, y a Dadaab, en Kenia, porque en el sur, donde los conflictos, los besos solo saben a sangre y tierra.
La agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, ha lanzado una campaña de publicidad recabando ayuda urgente bajo el eslogan; “Catástrofe humanitaria en Somalia” y “Ayúdanos a salvarles la vida”. Así mismo, Acción contra el Hambre, ha iniciado una segunda campaña de solidaridad con los eslóganes; “Mensaje de auxilio”; “En el Cuerno de África necesitan nuestra ayuda. La crisis alimentaria está acabando con miles de vidas. Nuestra respuesta debe ser urgente”. También Cruz Roja se incorpora a la sensibilización de la población con una acción que lleva como lema; “África te necesita” ”Ayuda urgente contra el hambre” “Más de once millones de personas, en el Cuerno de África, se encuentran en situación crítica”. Unicef ha lanzado otra campaña bajo el eslogan; “Emergencia nutricional” “En el Cuerno de África, 500.000 niños se encuentran en situación de riesgo mortal inminente. Necesitamos tu ayuda”.
La crisis en el Cuerno de África está poniendo en peligro la existencia de más de 11 millones de aborígenes en Kenia, Etiopía y Somalia. De nuevo, la burocracia internacional y la falta de fondos son importantes para resolver una hambruna anunciada, fruto de la violencia en Somalia y la prolongada ausencia de lluvias.
Los rebeldes islamistas, que están inspirados por AlQaida, ya han asesinado a algunos nativos que intentaron escapar de la hambruna, junto con sus familias, bajo el argumento de que es mejor morir de inanición que aceptar ayuda de Occidente. Sin embargo han permitido que aterrizara un avión de la ONU con diez toneladas de suplementos nutricionales para los niños malnutridos.
A la persistente sequía, desde 2005, se suma la inseguridad en la región sur de Somalia, controlada por Al Shabab que, desde hace dos años han mantenido el control en la zona, haciéndose cada vez más fuertes frente al débil Gobierno Federal de Transición.
En el asentamiento de Dadaab, en la frontera entre Kenia y Somalia, el número de refugiados se sitúa en torno a los 400.000, cuatro veces más de la capacidad para la que fue diseñado. Algunas madres han tenido que abandonar a sus hijos más débiles, a la muerte, para huir de la hambruna con los hijos más fuertes.
Somalia es el epicentro de una crisis que además afecta a Etiopía, Kenia y Yibuti. Naciones Unidas estima que se necesitan 2.000 millones de dólares. En palabras del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, la comunidad internacional ha aportado hasta ahora la mitad, una cantidad insuficiente para poner fin a la crisis.
Marisol Ayala
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