Elblogoferoz / Mónica Ledesma.- Nunca me había comprado unos zapatos que me eligieran, pues hasta ahora era yo quien los elegía. Pero al entrar en Pisaverde me fijé en ellos y atraída como un imán acabaron luciendo en mis pies. Hubo química y a la par, suerte, pues la consigna de esta zapatería artesana es que cada diseño es exclusivo y el zapato, cual galán, es el que decide a quién cortejar.
De cada par sólo se fabrica un número, por eso son, además de modelos coquetos, diferentes y divertidos, diseños únicos.
Pisaverde es el sueño hecho realidad de Laura Quintero y Plácido Alonso, una bióloga marina, comprometida con el Medio Ambiente, y un artesano marroquinero y productor de calzado vinculado al mundo del cuero desde la infancia. Nacieron como marca en el año 1998 trabajando el cuero tradicional y acudiendo a ferias de artesanía para darse a conocer, aunque fue en 2007 cuando deciden dar el salto al mundo empresarial y abrir su primera tienda, ubicada en la lagunera calle Núñez de la Peña, a la cual seguiría años más tarde otro nuevo establecimiento en la calle Cano de Las Palmas de Gran Canaria.

Un concepto de zapatería que rompe con lo tradicional, pues aparte de diseños espectaculares y hechos a mano, cada zapato tiene una filosofía bajo los pies de quien los lleva. “Reivindicamos la individualidad del ser humano dentro de un mundo globalizador. Por eso hacemos de cada par piezas únicas, aunque ello suponga más costo en cuanto a producción. Pero nuestra apuesta es que cada persona, aunque todos seamos iguales en derechos, exista y se diferencie del resto. Un hecho unido a la defensa del trabajo artesano y a un compromiso medioambiental por no fomentar la contaminación del planeta, por lo que siempre empleamos materiales reciclados”, explica Laura Quintero.
El calzado de Pisaverde busca mimar cada pie y para ello se trabaja con hormas especiales, materiales específicos para la transpiración y adherencia al suelo y materias primas que van desde el cuero como columna vertebral de cada diseño (piel de cabra, cerdo y vaca) a charol para dar toques de fantasía, o caucho y ruedas de motos recicladas para las suelas. Mientras que el latón y otras aleaciones –libres de níquel para evitar alergias-son las que se emplean para las fornituras.

La firma tinerfeña Pisaverde impregna de colorido y fantasía el trabajo artesano del cuero en cada una de sus piezas únicas
“Una característica de nuestro taller, ubicado en La Matanza y en el que trabajamos actualmente cinco personas, es que no seriamos la producción ni repetimos modelos. Siempre hacemos partícipe al cliente del proceso creativo, ya que también trabajamos por encargo, por ejemplo en calzado de hombre que sólo lo fabricamos por petición, así como en zapatos a medida y de ortopedia, adaptándonos a las necesidades específicas de cada pie”, remarca Laura.
“Creo que si cada cliente tuviera que pagar, realmente, lo que cuesta este trabajo artesano, nuestros diseños serían sólo para unos pocos. Pero no intentamos hacer un producto de lujo para una minoría sino crear zapatos sanos y únicos al alcance de muchos y con unos precios que van desde los 60 hasta los 120 euros por par”, destaca la marroquinera.

Asimismo, aparte de calzado también fabrican bolsos para mujer. Diseños funcionales y alegres donde demuestran en cada pieza que artesanía y moda pueden ir unidos. “Nosotros nos autodefinimos como artesanos en todo el sentido de la palabra, pues existen otros que se denominan así pero en cambio su labor es hacer el diseño que luego envían a fabricar fuera de la Isla para reducir costes. En cambio, nuestro lema es fabricar y producir en Canarias y es por ello que de Tenerife salen todas las piezas de Pisaverde hacia otros puntos de venta del mundo, ya que actualmente aparte de nuestras dos tiendas propias en Gran Canaria y Tenerife, tenemos puntos de venta en Lanzarote, Madrid, Santander, Valladolid, Salamanca y Londres y, a partir de este verano, otro punto más en Ibiza”, comenta Laura Quintero.
“Apostamos por no deslocalizar nuestra producción aunque haciéndolo así supuestamente podamos ganar más al poder ampliar mercado y pedidos, pero creemos que parte de la actual situación mundial del comercio también viene por este hecho, ya que muchas empresas están decidiendo fabricar en otros países para ahorrar costes, lo cual es respetable, pero no es nuestra filosofía. Preferimos dar trabajo a la gente de nuestra tierra aunque ello nos cueste más dinero en cuanto a mantener el taller y el pago de nóminas. Pero si hiciéramos lo contrario no seríamos consecuentes con nuestros ideales”, puntualiza Laura.

En cuanto a si prevén acudir a ferias del sector a nivel nacional e internacional, no sólo de artesanía, la creadora es tajante: “no aspiramos a hacer una gran producción de nuestras piezas, sino que tendemos cada vez más a la especialización de nuestro producto, innovando y marcando retos porque nos gusta lo que hacemos y nos divierte experimentar”. Así, señala, por ejemplo para la próxima colección que ya preparan de cara al otoño-invierno, la gran apuesta será el tacón de aguja, un mundo del calzado de altura en el que comenzaron hace un año introduciendo cuñas más elevadas a sus diseños y al que ahora amplían en centímetros y elegancia.
Respecto a la colección primavera-verano, ahora en venta, tanto en tiendas como on-line (www.pisaverde.com) Laura destaca la técnica y el colorido que impregna cada una de las piezas. “Quienes nos conocen de hace años pueden ver cómo hemos evolucionado en nuestro trabajo, ya que de hacer calzado al canto ahora todos los diseños están revirados con vivos, topes o contrafuertes que le dan esa diferencia y calidad ya característica a nuestras piezas. Creo que esto es lo que distingue a cada artesano, que debe evolucionar y adaptarse al siglo XXI si quiere seguir viviendo de este trabajo”, añade.

Sobre cómo es el proceso de fabricación de cada pieza, Laura Quintero explica que en el caso del zapato lo trabajan directamente sobre la horma, sin realizar bocetos, aunque en el caso de bolsos sí se trabaja más con un diseño previo. Es decir, son sólo las manos artesanas las que van dando forma y color a cada pieza, nutriéndose de la inspiración que llega en cada momento para finalmente crear obras de arte a escala reducida cuya gestación tiene una media de tres días, más otro de reposo, antes de poder ser usados.
Además, “para cada temporada también realizamos piezas más de pasarela para decorar nuestras tiendas, como la que tenemos actualmente que son mochilas de cuero con peces y calamares de metal. Imposibles de llevar por la calle pero que demuestran que ser artesano es también ser creador”, indica. Un mundo de imaginación que también desbordan en otra de las facetas, menos conocida pero no importante, de esta firma: el calzado para espectáculos, ya que han fabricado zapatos para compañías de teatro y de baile.

Laura Quintero y Plácido Alonso, con sus exclusivos diseños en zapatos y bolsos, abren mercado en la Península y Londres
Otro concepto de Pisaverde es el consumo respetable. “No usamos cajas de cartón para que el cliente se lleve los zapatos, pues luego llegas a casa y la caja termina en la basura. Lo que hacemos es dar bolsitas de tela con nuestro anagrama y que se puedan emplear en otros cosas. No significa que vayamos en contra del consumo. El consumismo existe y debe de existir, pero ya es decisión personal el que te quieras gastar 5 euros en un calzado que al par de días sabes que se romperá a que compres uno de material duradero y encima exclusivo”, recalca la artesana.
Cuestionada sobre qué retos persigue esta firma, adscrita además al colectivo Tenerife Moda del Cabildo Insular, Laura es clara. “Nos gustaría poder ampliar nuestro taller y tenerlo mejor preparado. Hasta ahora el problema que hemos encontrado es que en Canarias no hay personal cualificado para trabajar el calzado y hemos tenido que formar a los empleados, con el riesgo que ello conlleva.

Afortunadamente, ahora hemos conseguido formar un equipo que le da al balón a la vez, lo cual es todo un logro y estamos muy contentos por ello. De todas formas, cada día vamos soñando y pasito a pasito pues vamos andando por este camino que nos hemos labrado”, concluye.
En definitiva, la intención de esta firma canaria es crear una línea de productos con personalidad propia y fuerza suficiente para competir con el comercio industrial, manteniendo el carácter artesanal de su producción. Inspirados en el medio ambiente, la naturaleza, los animales y el mar, cada zapato o bolso es una defensa a una tierra, a un oficio y a un sueño. Ahí radica su éxito.
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